Como cada año al llegar el otoño, el último fin de semana de octubre llega acompañado del habitual cambio de hora en muchos países de Europa, incluido España, que mantendrá esta práctica al menos hasta 2026. Esta medida, que originalmente se estableció para un mejor aprovechamiento de la luz solar y el ahorro energético, vuelve a poner en el foco el contraste con otros países del continente que ya han decidido eliminar el ajuste horario y mantener un horario fijo durante todo el año.
El próximo domingo 26 de octubre de 2025, en la madrugada, tendrá lugar el cambio al horario de invierno, como viene siendo habitual desde hace más de cuatro décadas en España. No obstante, esta tradición, iniciada oficialmente en 1980, suscita cada vez más debates entre expertos y ciudadanos debido a sus posibles efectos negativos en la salud y el rendimiento laboral. En agua de estos debates, varios países europeos ya han optado por mantener un mismo horario estable, lo que ha generado preguntas sobre las razones por las que España continúa adherida al sistema vigente. A continuación, analizamos con detalle la situación actual en Europa y el resto del mundo, las razones detrás del cambio horario y las perspectivas para el futuro cercano.
La instauración del cambio de hora data de 1980 con la finalidad primordial de aprovechar mejor las horas de luz natural durante los meses de verano y, en consecuencia, reducir el consumo energético. En ese momento, se pensaba que esta medida podría contribuir al ahorro eléctrico y a la sostenibilidad, una preocupación creciente para la Unión Europea y sus estados miembros.
En España, el cambio de hora se ha mantenido vigente mediante regulaciones oficiales, como el Real Decreto 236/2002, que establece un calendario quinquenal para el inicio y finalización del horario de verano. La última actualización de este decreto fue publicada en el BOE en 2022, garantizando que la práctica continúe al menos hasta el año 2026 sin modificaciones oficiales. Sin embargo, con el paso del tiempo, se ha cuestionado la eficacia del cambio horario. Estudios recientes apuntan a que el ahorro energético es menor al esperado inicialmente y que la variabilidad en los horarios puede generar problemas en la salud de las personas, como trastornos del sueño y una reducción en la productividad.
Países que no aplican el cambio horario
En el contexto europeo, varios países han decidido abandonar el ajuste de la hora. El caso más destacado es Ucrania, que en julio de 2024 decidió mediante una ley que, a partir de 2025, mantendrá un horario único durante todo el año, eliminando los cambios semestrales. Además, algunos estados en el continente optaron por no adoptar nunca el cambio horario. Esto responde a una variedad de motivos, como factores geográficos —en países donde la variación luminosa durante el año es menor— o decisiones políticas y económicas internas.
Mirando más allá de Europa, varios países distribuidos en diferentes continentes tampoco cambian la hora a lo largo del año. Entre ellos destacan Nueva Zelanda, gran parte de Australia, China (excepto en la región Uigur de Xinjiang), Japón, así como estados específicos de Estados Unidos que tienen cambios distintos al horario europeo, con fechas y modalidades particulares. En América Central y del Sur, la gran mayoría de países tampoco modifican su horario, salvo excepciones puntuales como Chile, Paraguay y ciertas regiones de Brasil. En África, que cuenta con un uso horario uniforme en gran parte, únicamente Egipto practica ajustes de hora según ciertas necesidades estacionales. En todos estos lugares, las políticas responden a criterios nacionales específicos que consideran factores climáticos, económicos y sociales.
Lo que de verdad es urgente de cambiar son los políticos y la políyica así como la mierda de Leyes que tenemos, y que dejen de marear con los cambios de hora