La portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio, ha deslizado este miércoles que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, podría haber «infiltrado» a «grupúsculos» violentos en las concentraciones en contra de la amnistía que se han celebrado los últimos días frente a la sede nacional del PSOE en la madrileña calle de Ferraz.
«No se puede demonizar a las miles de personas que había ayer manifestándose. Un grupúsculo iba buscando el conflicto. Un grupúsculo que sospechamos que estaba infiltrado por Marlaska, porque si no, no se puede entender», ha lanzado Monasterio a los periodistas en los pasillos de la Asamblea de Madrid este miércoles. Las protestas de la noche del martes, a las que acudieron más de 7.000 personas, se saldaron con siete detenidos y 30 agentes de la Policía Nacional heridos de diversa consideración, han indicado fuentes del Ministerio del Interior.
La líder de Vox en Madrid ha apuntado a que se trata de las «cloacas del Estado» y que el grueso de las personas concentradas en contra de la amnistía a independentistas para la investidura del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, era «gente pacífica que iba a expresar su descontento» ante un pacto que «va a llevar a la desigualdad». «Si Sánchez tiene miedo a que la gente se expresa, no utilice a Marlaska para gasearles y para luego infiltrar grupúsculos, que es lo que parece que pasó ayer», ha recalcado Monasterio, quien ha diferenciado a la Policía de «lo que hace» el ministro quien «da las órdenes».
Monasterio ha animado «a todos los españoles» a que acudan a «todas las manifestaciones» que se convoquen contra la amnistía, que considera que es «entregar la soberanía y romper la igualdad de los españoles». «Es su oposición frontal a que se entregue España a una minoría de golpistas», ha espetado. Entiende que en el caso de ayer una «minoría de violentos» intentó «tomar el protagonismo» en la marcha al buscar «reventar la manifestación». Ante ello, Monasterio ha condenado «toda la violencia» y ha afeado que otros grupos políticos no hayan hecho lo propio en episodios en los que los que la sufrieron fueron miembros de su partido.