Hasta una campaña electoral tan atípica e intensa como la de las elecciones generales, que este viernes termina ha dado de sí lo suficiente como para desmenuzarla en un abecedario. Así ha sido, de la A a la Z, la carrera electoral hacia el 28 de abril:
A de animales. No hay campaña que se precie sin candidatos posando con animales, habitualmente cuando pasan por la España rural. Pero en esta ocasión algunos han participado, además, en actos de defensa de los animales exponiendo sus promesas en este campo.
Lo hicieron, por ejemplo, los líderes de Ciudadanos, Albert Rivera, y Podemos, Pablo Iglesias; aunque en actos distintos, por supuesto. Iglesias llevó incluso a su perra Leona.
B de bulos. Los candidatos saben que ya no pueden decir cualquier cosa, hacer cualquier promesa al votante o lanzar cualquier acusación al adversario sin más. Verificar se ha convertido -afortunadamente- en una práctica habitual en los medios de comunicación. Los bulos se descubren, y el periodismo está vigilante.
C de crispación. La bronca ha sido continua en esta campaña y la mayor competencia ha elevado el tono. No solo por las acusaciones que se lanzan unos a otros, también por los calificativos: indecente, indigno, golpista o amigo de golpistas, manos manchadas de sangre, etc. Hasta progre se usa como un insulto. Al menos para Vox.
D de debates. Primero fue el debate sobre los debates. Fueron varios días de discusión y polémica sobre lo que querían los partidos, lo que permitió la Junta Electoral Central y lo que tuvo que rectificar Pedro Sánchez tras quedarse sin su deseado debate a cinco. Al final, fueron dos debates a cuatro, en días consecutivos.
Pablo Casado y Albert Rivera compitieron por el liderazgo del centro derecha y trataron de cercar a Sánchez. El líder socialista aguantó los embates, aseguró que no estaba en sus planes pactar con Ciudadanos y lanzó mensajes de gratitud a Pablo Iglesias. Y el líder de Podemos sorprendió a todos pidiendo mesura, moderación, y por momentos pacificando.
E de encuestas. Los medios publicaron el pasado lunes las últimas encuestas -la ley impide hacerlo después de ese día-, en las que se reafirma la tendencia de que el PSOE será el ganador, pero sin despejarse el enigma de cómo podría gobernar o si el bloque PP-Cs-Vox sumaría mayoría.
Los sondeos, además, coinciden en el elevado porcentaje de indecisos, que se cifra en alrededor de ocho millones de electores.
F de Falcon. La ficticia agencia 'Falcon viajes' montada por Nuevas Generaciones del PP para que los españoles viesen lo que gasta el presidente del Gobierno en sus desplazamientos en avión oficial levantó una fuerte polémica. Sobre todo cuando en redes apareció una foto de Sánchez, su mujer y sus dos hijas menores, imagen de la que el PP se desvinculó y por la que los socialistas acudieron a la Junta Electoral.
G de Garrido. La abrupta salida de Ángel Garrido del PP y su fichaje por Ciudadanos dejó descolocados a los populares en esta recta final de campaña. Empezando por el líder, Pablo Casado, que se enteró de la 'traición' cuando bajaba del púlpito después de intervenir en un mitin en Sevilla.
La noticia saltó, además, el día después del último de los dos debates, escenario del mayor alejamiento de Casado y Rivera y de su pugna por liderar el centroderecha.
H de holograma. El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, quiso dar la sorpresa en la pegada de carteles y se fue a la España rural, concretamente a Pedraza, pero «se apareció» con un holograma en la sede nacional para dar el pistoletazo de salida a la campaña del partido naranja.
I de indecisos. Según el CIS preelectoral, el 41,6 % de quienes pretenden acudir a votar no había decidido a quién antes de la campaña. De ellos depende en buena parte lo que ocurra el domingo. ¿Les habrán servido estos quince días para decantarse? Veremos.
J de JEC. La Junta Electoral Central ha trabajado más que nunca en esta campaña y ha condicionado buena parte de la actividad de los partidos. Desde la autorización a que los presos del procés dieran ruedas de prensa o participaran en mítines hasta las decisiones sobre los debates.
K de kilómetros. Miles y miles de kilómetros han hecho los candidatos en estos quince días recorriendo la geografía española. Pablo Casado ha sido con creces el que más ha recorrido porque ha mantenido la misma estrategia que en Andalucía, con agenda diaria repleta de actos.
L de legionarios. Tres de los candidatos -Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal- habrían ido, pero la Congregación de Mena pidió a los políticos que no acudieran el Jueves Santo al tradicional traslado del Cristo que hacen los legionarios en Málaga. El respeto al culto se impuso en este caso en una campaña marcada por coincidir con la Semana Santa.
Días en los que millones de españoles se olvidaron -o seguro lo intentaron- de la política.
Unos días de descanso que han sido también -parece- motivo de las largas colas de los últimos días en las oficinas de Correos de los electores que han solicitado votar a distancia por no poder hacerlo de forma presencial.
M de miedo. El miedo a la ultraderecha, el miedo a que se rompa España, el miedo a una nueva crisis, el miedo a la involución... Si en algo han coincidido los principales candidatos en esta carrera ha sido en tratar de avivar todos nuestros temores para votarles.
N de números. Son varias las cifras que se han tenido o se tendrán en cuenta en esta campaña y en la jornada del domingo. El cinco, por ejemplo, porque ahora son cinco, y no cuatro, los principales partidos que se van a repartir la mayoría de escaños. También el 103, los diputados en juego en las circunscripciones pequeñas, donde se puede acabar decidiendo todo.
Contienen la ñ: España y Cataluña. Las consabidas posiciones sobre Cataluña se acentúan en todas las campañas. Y en esta aún más. Para el PP y Cs, si Sánchez sigue en La Moncloa, España corre el riesgo de quebrarse y habrá indultos para los responsables del procés. Vox va más allá y dice que está en juego la «supervivencia» de España.
Sánchez promete que con él en La Moncloa no habrá ni independencia ni referéndum ni independencia en Cataluña, aunque sí diálogo. Y diálogo es lo que pide el líder de Podemos, que ha intentado en su campaña alejar el foco del conflicto catalán.
O de odisea. Es, en definitiva, en lo que se puede convertir formar gobierno si los números no dan. O si dan los números pero no fructifica el diálogo. Y como el resultado es impredecible, nadie puede asegurar que no vaya a haber una repetición electoral en meses. Tan solo tres años después de la última.
P de presos. Son varios los dirigentes responsables del 'procés' que ocupan una candidatura para estos comicios. La Junta Electoral Central les ha permitido participar desde la distancia y por videoconferencia en actos y comparecencias de prensa.
En paralelo, se ha seguido celebrando el juicio en el Tribunal Supremo, que ya lleva 36 jornadas.
Q de química.- Para que los pactos sean posibles no solo habrá que tener en cuenta la aritmética. Puede que haga falta también algo de química. Pedro Sánchez y Pablo Iglesias parecen tenerla, aunque el líder del partido morado a veces no se fíe y tema que el presidente acabe prefiriendo a Ciudadanos, mientras el líder socialista apueste a priori por gobernar solo.
Pablo Casado y Albert Rivera la tenían, pero se han alejado mucho en los últimos días disputándose el voto que aún pueda estar indeciso y mirando de reojo a Santiago Abascal. Nadie duda de que si los tres suman encontrarán la química donde haya que buscarla.
R de rogado. Más de dos millones de españoles en el exterior sufren el sistema del voto rogado. Tan complejo, con instrucciones tan confusas, con tantos requisitos y con unos plazos tan ajustados que hace que cada vez sea más ridículo el porcentaje de personas que acaba ejerciendo el sufragio. Los partidos llevan tiempo prometiendo cambiarlo, pero la diáspora espera -y desespera- mientras vuelve a vivir otro proceso electoral con este sistema.
S de sí. «¿De verdad van diciendo ustedes sí, sí, sí hasta el final?. Esta pregunta de la candidata del PP Cayetana Álvarez de Toledo elevaba la confrontación entre los partidos a propósito de «la cosa esta del feminismo» -también según sus palabras-, igual que las críticas de Vox a una ley de violencia de genero que considera discriminatoria para los hombres.
En una campaña en la que la revolución feminista se anunciaba protagonista la imagen de los candidatos -todos hombres- compitiendo por la Presidencia ha dejado en evidencia el largo trabajo que queda en favor de la igualdad.
T de Toreros. El Congreso que salga de las urnas el domingo va a ser el menos político de todos, si se tiene en cuenta la larga lista de fichajes estrella de los partidos para estas elecciones. El torero Miguel Abellán (número doce del PP por Madrid) es un ejemplo de ello, pero hay muchos otros, como Juan José Cortés -el padre de la niña asesinada Mariluz Cortés- y el periodista Pablo Montesinos, cabezas de lista del PP en Huelva y Málaga, respectivamente, o el empresario Marcos de Quinto, que acompañará a Albert Rivera en la lista de Ciudadanos por Madrid.
U de útil.- Todos, sin excepción, proclaman que el único voto útil es el suyo. Y si en algo están coincidiendo Pedro Sánchez y Pablo Casado es en pedir a los votantes que no recurran a «intermediarios». Sánchez porque quiere concentrar toda el voto de la izquierda y Casado lo mismo por la derecha, aunque en su caso es mucho mayor el riesgo de fragmentación.
V de vaciada. Nunca como ahora se han volcado los partidos en hacer campaña en la «España vaciada». Porque todos saben que allí pueden decidirse las victorias y, sobre todo, las sumas para gobernar. Ahora ya todos buscan acabar con la hegemonía de PP y PSOE en las provincias con pocos escaños y hay sondeos que ya atisban esa posibilidad.
W de whatsApp. Twitter y Facebook han seguido teniendo, por supuesto, mucho protagonismo en la campaña de los partidos. Pero la revolución se ha dado en WhatsApp.
Los «pásalo» de esta red social, los mensajes en cadena enviados por los partidos que han circulado por toda España, han constituido un canal de comunicación tan fuerte o más que los convencionales.
De ahí las quejas de Podemos por haberse quedado esta última semana sin su canal de envío masivo porque WhatsApp ha cerrado su cuenta por «violar términos del servicio», según explica la plataforma.
Contiene la V: VOX. Pase lo que pase el domingo, el partido de Santiago Abascal ha sido el protagonista de esta campaña. Nadie cuestiona ya que su irrupción en el Congreso va a ser muy fuerte. La cuestión es cuánto. Vox puede convertirse en un partido clave para la gobernabilidad si llega a sumar con PP y Cs, como ocurrió en Andalucía. Habrá que ver si los mítines multitudinarios que está celebrando se traducen en votos en las urnas. O si, por el contrario, la llamada a la movilización para frenar a la ultraderecha que está haciendo la izquierda le acaba funcionando.
Y de yo. Una vez más, la campaña ha sido una competición personalista entre los candidatos, lo que hace pensar que nuestra democracia, parlamentaria, es en realidad presidencialista. No es así, lo que elegimos los votantes es a nuestros representantes en las Cortes. Y será el Congreso el que después elija al presidente del Gobierno.
Pero hasta que eso ocurra, los aspirantes a La Moncloa seguirán concentrando los focos y atención. O lo que es lo mismo, el partido soy Yo.
Contiene la z: Aznar. Volvió por la puerta grande cuando su 'protegido' Pablo Casado llegó al liderazgo del partido. Y ha pasado de no aparecer por las campañas del PP a participar a tope. José María Aznar ha estado en numerosos actos pidiendo el voto para el PP -algo que no hacía en mucho tiempo- y tratando de frenar la marcha de apoyos hacia Vox, el partido de quien también fue su pupilo y que ahora le ofende con sus comentarios de «derechita cobarde».