La victoria de Emmanuel Macron sobre Marine Le Pen en las urnas le conducirá este domingo al Palacio del Elíseo para tomar las riendas de la República francesa. Junto a él estará su esposa, Brigitte Trogneux, que es 24 años mayor que él. Su historia de amor, nada convencional, es atípica incluso en la forma en que se conocieron.
Brigitte era profesora de francés y teatro en La Providence, la escuela jesuita de Amiens. Allí había un chico prodigio: Emmanuel Macron. Ambos se conocieron cuando él tenía 15 años y ella 39. Emmanuel se enamoró perdidamente de ella, que estaba casada y con tres hijos: Sébastien, Laurence y Tiphaine. Los dos primeros son mayores que Macron. Brigitte también es ahora abuela de siete nietos.
Pasados los años escolares, Emmanuel y Brigitte se volvieron a encontrar. En 2006, ella se divorció de su marido, el banquero Sébastien Auzière. Un año más tarde, Brigitte y Emmanuel contraían matrimonio. Desde entonces se han mostrado en público como una pareja muy unida a pesar de la diferencia de edad.
Durante la reciente campaña electoral, el entorno ha descrito a Brigitte como una mujer influyente, que relee los discursos del candidato y no se pierde ningún acto electoral del presidente electo. Tanto es así, que Macron aseguró en un mitin que «cuando sea elegido, Brigitte tendrá su lugar, no detrás ni escondida, sino a mi lado, donde siempre ha estado».
«Siempre delante y nunca detrás; sin ella no sería quien soy», insistió públicamente Macron la misma noche de su triunfo en la primera vuelta electoral, mientras la tomaba de la mano en un emotivo homenaje.
De hecho, Macron ha anunciado que creará un estatuto oficial de primera dama, al estilo de EEUU.
Ella tiene ahora 64 años y él 39. En un país donde las esposas de los mandatarios han sido sometidas a la superficialidad de la mujer florero, Brigitte ha afirmado que quiere influir en la educación y la cultura.