Más de un millón de personas, según estimaciones de la Prefectura de París, se han congregado a lo largo de los Campos Elíseos de la capital francesa para dar su último adiós al cantante Johnny Hallyday, leyenda nacional del rock, fallecido el miércoles a los 74 años de edad.
El cortejo fúnebre, rematado por el féretro blanco en el que descansaban los restos mortales del artista, ha ido precedido por un convoy de 700 motocicletas Harley Davidson (Hallyday era un fanático de las motos) y flanqueado por políticos, cantantes, intérpretes y celebridades desde el recorrido que ha llevado a la comitiva desde el Arco del Triunfo a la Plaza de la Concordia, en un inusual honor reservado a mandatarios extranjeros.
Para culminar, la banda de Hallyday ha acompañado el recorrido con actuaciones instrumentales de sus grandes éxitos, ante la mirada de los asistentes, de 1.500 policías, del presidente del país, Emmanuel Macron y de sus precedesores, François Hollande y Nicolas Sarkozy, la actriz Marion Cotillard, el actor Jean Reno y otras leyendas de la música como Eddy Mitchell.
El féretro será trasladado a la isla caribeña de San Bartolomé, donde el cantante tenía una villa y recibirá su sepultura definitiva.