Un millón de personas --según los convocantes-- han salido este sábado a las calles de Londres para exigir un segundo referéndum y dar marcha atrás a la salida de Reino Unido de la UE bajo el lema «Que decida la gente».
En las pancartas se han podido leer otros mensajes como «el mejor acuerdo es que no haya Brexit», «si en democracia no se puede cambiar de opinión, ya no es una democracia» o «queremos que la gente vote» en medio de una marea en la que es ya la mayor movilización contra el Brexit.
«Me sentiría distinto si fuera un proceso bien gestionado y el Gobierno estuviera tomando decisiones sensatas, pero es un caos absoluto», ha señalado uno de los participantes, Gareth Rae, de 59 años, quien ha viajado a la capital desde Bristol. «El país quedará dividido pase lo que pase y es peor estar divididos por una mentira», ha remachado en declaraciones a Reuters.
La marcha ha partido del Marble Arch, en uno de los vértices de Hyde Park, y ha recorrido las principales calles de la ciudad pasando por Picadilly Circus, la plaza de Trafalgar y el 10 de Downing Street --residencia oficial de la primera ministra-- para terminar frente a Westminster, la sede del Parlamento. Cuenta con londinenses y también con ciudadanos de otras partes del país, ya que se han fletado unos 200 autobuses.
La cifra de más de un millón de participantes dada por la organización se sitúa por encima de los 700.000 asistentes que logró la anterior manifestación contra el Brexit, celebrada el pasado mes de octubre. Sin embargo, estas cifras no han podido ser verificadas de forma independiente y la Policía no ha querido dar ninguna estimación.
En general, esta sería la segunda mayor manifestación en la historia de Londres, solo por detrás de la marcha contra la guerra de Irak que en febrero de 2003 reunió a casi 2 millones de personas.
En la marcha han participado políticos de distinto signo, incluidos algunos diputados del Partido Conservador que se han dirigido a la multitud ante el Parlamento. También han estado el 'número dos' del Partido Laborista, Tom Watson, la ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, o el alcalde de Londres, Sadiq Khan.
Otra de las participantes, Phoebe Poole, de 18 años protesta con una pancarta con la frase «never gonna give EU up» --una referencia a la canción pop de Rick Astley popularizada en la década de 1980-- y se queja de que no tenía la mayoría de edad en 2016, cuando se aprobó el Brexit en referéndum.
«Hoy estamos aquí porque creemos que nos han robado el futuro. Es nuestra generación la que va a tener que vivir con las consecuencias de este desastre», se ha lamentado. «Será más difícil encontrar trabajo. Muchas grandes empresas se están marchando. Estoy preocupada por el futuro», ha explicado en declaraciones a Reuters.
El Brexit es consecuencia del referéndum del 23 de junio de 2016, cuando 17,4 millones de británicos --el 52 por ciento-- votaron a favor de la salida de la UE y 16,1 --el 48 por ciento-- lo hicieron en contra. «Ya dimos la palabra al pueblo y el pueblo rugió», ha reprochado el grupo pro Brexit Change Britain a través de Twitter.