Los científicos John B. Goodenough, M. Stanley Whittingham y Akira Yoshino, han sido distinguidos con el Premio Nobel de Química 2019 por el desarrollo de las baterías de ion-litio.
Las baterías de ion litio, que ofrecen un alto rendimiento y hoy son de uso común en la industria electrónica de gran consumo, fueron propuestas por primera vez por M.S. Whittingham, químico inglés actualmente en la Universidad de Binghamton. Whittingham utilizó sulfuro de titanio y metal de litio como electrodos.
En 1985, el japonés Akira Yoshino ensambló un prototipo de batería usando material carbonoso en el que se podían insertar los iones de litio como un electrodo y óxido de litio cobalto (LiCoO2), que es estable en el aire, como el otro. Al emplear materiales sin litio metálico, se incrementó espectacularmente la seguridad sobre las baterías que utilizaban el litio metal. El uso de óxido de litio cobalto posibilitó que se pudiera alcanzar fácilmente la producción a escala industrial. Este fue el nacimiento de la actual batería Li-ion.
El estadounidense John Bannister Goodenough contribuyó después al desarrollo de una batería de iones de litio de estado sólido que supera a las baterías de iones de litio en densidad energética, rango de temperatura operativa y seguridad.