La modificación de los criterios de diagnóstico, que incluye ahora también los casos probables, disparó este jueves el balance de afectados por el coronavirus en China, con más de 15.000 nuevos infectados y 254 muertes en un solo día, según los datos oficiales, que se divulgaron mucho más tarde de lo habitual.
Se trata, con gran diferencia, del mayor número de infectados y muertos en 24 horas desde que el virus fue identificado el pasado diciembre, con unas cifras especialmente graves en la provincia de Hubei, foco de la epidemia, donde se contabilizaron 242 muertes y 14.840 nuevos casos.
En toda China, los afectados son ya 59.805, un crecimiento de más del 30 por ciento respecto a los anunciados el miércoles, lo que ha desatado las alarmas sobre que la crisis pueda ser todavía más preocupante de lo estimado hasta ahora.
La Comisión Provincial de Salud de Hubei explicó que la nueva metodología empleada incluye «a aquellos pacientes que han sido clínicamente diagnosticados».
Hasta ahora, los infectados se confirmaban a través de un test de ácido ribonucleico, que tarda varios días en realizarse, lo que retrasaba el tratamiento. Además, los equipos para realizar estas pruebas escaseaban, especialmente en la provincia de Hubei.
Aunque las autoridades sanitarias chinas no han explicado en detalle los nuevos criterios de diagnóstico, todo indica que a partir de ahora bastará con los resultados de una tomografía computarizada para considerar infectada a una persona.
Esos nuevos criterios permitirán «a los pacientes recibir un tratamiento a tiempo», según un comunicado de la comisión provincial, que fue la única que facilitó prontamente hoy los datos de afectados en su zona con los nuevos criterios.
Sea como fuere, las cifras récord de hoy se conocen un día después de que China anunciase su menor número de nuevos casos en las últimas dos semanas, lo que había conferido cierta esperanza a la población encerrada en sus casas.
Dos profesores de la Universidad de Hong Kong, expertos en epidemias y patologías, participaron hoy en una teleconferencia con medios internacionales en Pekín, entre ellos Efe.
Ambos consideraron que el cambio de los criterios de diagnóstico es positivo para evaluar el impacto de la epidemia, aunque lamentaron que se desconozca cómo los nuevos casos están distribuidos en el tiempo, ya que los infectados confirmados ayer pueden haberlo estado ya desde el pasado enero.
«Tiene mucho sentido incluir a los probables, es un movimiento delicado modificar el criterio pero es bueno cambiarlo ahora», afirmó el británico Benjamin Cowling, codirector del Centro de Epidemiología de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Hong Kong.
Cowling cree que todos los casos incluidos ahora como confirmados estarán infectados por el virus y considera que el pico de la epidemia podría alcanzarse a finales de febrero, como pronostican algunos expertos chinos, o más tarde, en caso de que las medidas de prevención se apliquen y sean efectivas.
Por su parte, el australiano John Nicolls, profesor de Patología Clínica en la Universidad de Hong Kong y miembro del equipo de investigación que consiguió aislar al virus del síndrome respiratorio agudo y grave (SARS) en 2003, destacó que «ningún test es plenamente preciso» para diagnosticar el nuevo patógeno, pero constató que su índice de mortalidad es menor.
«No tiene la misma mortalidad que el SARS y el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS), que surgió en 2012 y 2013», aseguró Nicolls, aunque reconoció que todavía se desconoce mucho de la enfermedad.
Ambos expertos creen muy difícil que el coronavirus que produce el COVID-19 -nuevo nombre oficial de la enfermedad- pueda tener un periodo de incubación de 24 días, como sugirió este miércoles un estudio realizado por varios investigadores chinos.
«El periodo de incubación de 24 días sería muy inusual», dijo Cowling, mientras que Nicolls opinó que la presencia del virus en el cuerpo «tantos días sin que el sistema inmunitario lo reconozca es muy difícil».