El Gobierno de Estados Unidos ha acusado este martes a dos piratas informáticos chinos de participar en varios ataques, incluido uno contra una investigación relacionada con el desarrollo de vacunas contra el nuevo coronavirus.
El Departamento de Justicia ha acusado a estas dos personas, residentes en el gigante asiático, de estar detrás de ataques informáticos contra gobiernos, disidentes, activistas y compañías privadas, incluidas algunas que participan en la búsqueda de una vacuna para la COVID-19.
El pliego de cargos contra Li Xiaoyu y Dong Jiazhi les acusa de haber llevado a cabo ataques contra diversas empresas, incluida una española, así como de Alemania, Australia, Bélgica, Corea del Sur, Estados Unidos, Japón, Lituania, Países Bajos, Reino Unido y Suecia.
«Las industrias atacadas incluían, entre otras, algunas de fabricación de tecnología punta, materiales sanitarios, ingeniería civil e industrial, empresas, instituciones educativas y software para jugos, energía, solar, farmacéuticas y defensa», según el comunicado del Departamento de Defensa.
Así, la imputación recoge que ambos trabajaron para su propio beneficio y para el Ministerio de Seguridad Estatal de China, además de recibir información de un miembro de los servicios de Inteligencia del país asiático. «China está usando las ciberintrusiones como parte de su campaña de 'robo, replicación y reemplazamiento' para el desarrollo», ha criticado el fiscal general adjunto de Seguridad Nacional, John Demers, según ha informado la cadena de televisión estadounidense NBC.
En este sentido, ha resaltado que los cargos son «otro ejemplo de la descarada voluntad de China de participar en robos a través de ataques informáticos, en violación de los acuerdos internacionales» y ha agregado que «el comportamiento contra la competencia de China es un problema global».
«China ha adoptado ahora su lugar junto a Rusia, Irán y Corea del Norte en esta lista de la vergüenza», ha manifestado Demers, mientras que el subdirector del FBI, David Bowdich, ha incidido en que «la escala y amplitud de las actividades de hackeo respaldadas por los servicios de Inteligencia (chinos) contra Estados Unidos y sus socios internacionales son diferentes a cualquier otra amenaza a la que se haga frente a día de hoy».
El FBI y el Departamento de Seguridad Nacional acusaron en mayo a China de intentar 'hackear' los informes sobre el desarrollo de una vacuna y un posible tratamiento con el que hacer frente al coronavirus.
Según fuentes del FBI citadas entonces por el diario estadounidense 'The New York Times', el gigante asiático estaría utilizando a sus espías y 'hackers' más experimentados para robar los datos recabados por Estados Unidos sobre el desarrollo de una vacuna.