El Ministerio de Sanidad de Reino Unido ha notificado este miércoles 19.724 nuevos contagios, el segundo peor dato de toda la pandemia, en un contexto marcado por las restricciones adoptadas en los distintos territorios, desde el cierre de colegios y bares en Irlanda del Norte a las restricciones a los desplazamientos en Gales.
El conjunto de Reino Unido ha superado ya el umbral de los 650.000 casos (654.664) y la cifra de fallecidos ha aumentado a 43.155, 137 más que el martes. El Ministerio de Sanidad estima que 4.650 personas permanecen ingresadas por coronavirus en hospitales de todo el país.
El primer ministro británico, Boris Johnson, anunció esta semana una nueva escala para establecer restricciones frente al coronavirus en Inglaterra, con la región metropolitana de Liverpool como principal epicentro. Ante los diputados, Johnson ha vuelto a defender su plan este miércoles, con el objetivo último de «evitar la miseria que supondría otro confinamiento nacional».
«No descarto nada, por supuesto, para combatir el virus, pero vamos a optar por un enfoque local y regional», ha declarado frente al líder de la oposición, el laborista Keir Starmer, que le ha pedido que amplíe el alcance de las restricciones a toda Inglaterra durante un plazo de al menos dos semanas.
MEDIDAS EN VARIOS TERRITORIOS
El Gobierno de Irlanda del Norte ha decretado el cierre de colegios y bares para contener el repunte de caso de coronavirus, después de que el territorio británico haya registrado en apenas una semana más de una cuarta parte de los casi 22.000 contagios detectados durante toda la pandemia.
A partir del viernes, los restaurantes solo podrán ofrecer servicios para llevar y a domicilio, mientras que en el caso de las escuelas la medida implicará prolongar las vacaciones que habitualmente tienen los alumnos en esta época del año.
La ministra principal norirlandesa, Arlene Foster, ha admitido que hay una «transmisión limitada» en los centros educativos, pero considera que hay «otros problemas» relacionados con las clases como pueden ser los accesos o el transporte y que es necesario «minimizar riesgos».
«Muchas de estas decisiones tendrán un enorme impacto. Pretendemos que sea una intervención limitada», ha declarado Foster ante los diputados, defendiendo que es necesario tomar medidas ante el aumento de los ingresos graves en los hospitales y el creciente número de fallecidos.
Entre las restricciones aprobadas también figuran límites a las reuniones, a un máximo de dos hogares y diez personas, así como prohibiciones al deporte en interiores y límites a la asistencia en bodas y funerales. Los supermercados deberán dejar de vender alcohol después de las 20.00 horas.
PROHIBICIONES DE VIAJE
Por su parte, el Gobierno de Gales ha anunciado que prohibirá la entrada de personas procedentes de zonas con alta prevalencia del coronavirus en Inglaterra, Escocia e Irlanda del Norte, según el ministro principal, Mark Drakeford, ante la falta de medidas adoptadas por el Ejecutivo de Boris Johnson.
Las autoridades sanitarias de Gales informaron el miércoles de 946 casos adicionales de COVID-19 en 24 horas, una cifra sin precedentes desde el inicio de la pandemia. El repunte se enmarca dentro de una tendencia al alza en todo Reino Unido, que ha adoptado diferentes medidas de restricción en sus distintos territorios.
Drakeford ha explicado que es necesario adoptar nuevos controles «para prevenir el aumento de las infecciones dentro de Gales», lo que se traducirá a partir del viernes por la tarde en un veto a los viajeros procedente de ciertas áreas. El dirigente galés, laborista, ha lamentado la falta de respuesta a los varios llamamientos planteados a Johnson.
El líder del Plaid Cymru, Adam Price, ha reaccionado con un gráfico «¡al fin!» al anuncio de Drakeford, mientras que un portavoz de los conservadores, Andrew RT Davies, ha criticado la «obsesión insana» del Gobierno de Gales contra todo lo inglés.