Como un «gran día» para Estados Unidos y para Europa vivieron este sábado los dirigentes de las instituciones europeas la victoria del demócrata Joe Biden en las elecciones estadounidenses, y mostraron su esperanza de «reconstruir» e «intensificar» cuanto antes la relación transatlántica.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; y el presidente de la Eucorámara, David Sassoli, felicitaron «calurosamente» al presidente electo de Estados Unidos y a su vicepresidenta, Kamala Harris, por su victoria en las elecciones presidenciales en su país.
Tanto ellos como el alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, y otros miembros del Ejecutivo comunitario expresaron abiertamente su alegría por que el pueblo estadounidense haya manifestado tan claramente su «voluntad de cambio».
Un «gran» día para Europa
Y calificaron de «gran día para EE.UU. y Europa», en palabras de Borrell, o de «día inolvidable para Europa y la democracia», en el caso del comisario de Economía, Paolo Gentiloni, que los estadounidenses hayan decidido con su voto no renovar otros cuatro años el mandato del republicano Donald Trump, con quien se resintieron las relaciones entre Bruselas y Whasington.
Para el vicepresidente de la Comisión Europea encargado del Pacto Verde, Frans Timmermans, al apoyar a Biden y a Harris, Estados Unidos no solo ha hecho «una clara elección» sino que además ha enviado un «mensaje de reconciliación».
«La ambición de Biden de ser el presidente de todos los americanos es inspiradora y poderosa. Y nos habla a todos.¡Que comience la curación!», tuiteó Timmermans.
Con el deseo de acelerar esa «curación» de daño sufrido en los «profundos vínculos» existentes en las relaciones entre los dos antiguos socios, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se dijo dispuesta a reunirse «lo antes posible» con el presidente electo de Estados Unidos, con el objetivo de «intensificar» la cooperación frente a los «apremiantes desafíos».
Entre esos desafíos, destacó «la lucha contra la pandemia de la Covid-19 y sus consecuencias económicas y sociales, la lucha conjunta contra el cambio climático, la promoción de una transformación digital que beneficie a las personas, el fortalecimiento de nuestra seguridad común, así como la reforma del sistema multilateral basado en normas».
La UE está «lista» para una «sólida» y «fuerte» relación
En una declaración, la política alemana añadió que «a medida que el mundo siga cambiando y aparezcan nuevos desafíos y oportunidades, nuestra renovada asociación revestirá especial importancia».
«Una asociación transatlántica - recordó - sin precedentes arraigada en la historia común y en los valores compartidos de la democracia, la libertad, los derechos humanos, la justicia social y la economía abierta».
La UE está «lista para comprometerse en una fuerte asociación transatlántica. La Covid-19, el multilateralismo, el cambio climático y el comercio internacional son algunos de los desafíos que Europa quiere abordar juntos», subrayó igualmente Charles Michel, el presidente del Consejo Europeo, que representa a los países de la UE.
Y es que «el mundo necesita una relación sólida entre Europa y Estados Unidos, especialmente en estos tiempos difíciles», remarcó el presidente de la Eurocámara, David Sassoli, en un tuit y en un vídeo, en el que abogó también por que Bruselas y Washington trabajen «juntos para combatir la Covid-19, el cambio climático y abordar la creciente desigualdad».
«Esperamos ansiosamente esta nueva asociación transatlántica...», tuiteó también el vicepresidente de la Comisión Europea encargado de Economía, Valdis Dombrovskis, en alusión al enorme deseo del club comunitario de superar los desencuentros que han caracterizado la relación transatlántica en la etapa de Trump.
Trump intentó durante su mandato reducir el déficit de la balanza comercial con Bruselas, impuso aranceles sobre el acero y el aluminio y tasas al queso, las aceitunas de mesa o el aceite de oliva, que afectan a Francia, Alemania, España y el Reino Unido.
La batalla por las ayudas estatales a Boeing y Airbus marcaron este último año, aunque la Comisión Europea apostó por negociar con Washington una salida a esta crisis.