Alrededor de 40 millones de italianos viven este sábado y mañana, domingo, su último fin de semana con restricciones leves o intermedias antes de pasar el lunes a estar confinados, una medida con la que el Gobierno italiano quiere frenar los contagios de coronavirus y domar la «nueva ola» que atraviesa el país.
El presidente de la República, Sergio Mattarella, ha firmado este sábado el decreto con medidas urgentes para afrontar la propagación de la COVID-19 aprobado por el Gobierno italiano de Mario Draghi el viernes.
A partir del lunes, las regiones de Lombardía, Piamonte, Emilia-Romaña, Friuli-Venecia Julia, Véneto (norte), Las Marcas (centro), Campania, Apulia y Molise (sur) y Lacio, con capital en Roma; y la provincia autónoma de Trento (norte) estarán en la llamada «zona roja», un confinamiento que cerrará todos los negocios no esenciales y permitirá salir de casa solo por motivos de salud, laborales o de urgencia, o para hacer deporte si es en las inmediaciones.
Medidas drásticas, pero necesarias
Las medidas son drásticas, pero necesarias ante el incremento de los contagios, que superan ya los 3,17 millones desde febrero de 2020, y el Ejecutivo brindará apoyo económico a las familias y empresas afectadas, ha explicado este sábado el gubernamental Movimiento 5 Estrellas (M5S) en una nota.
«Se brindará apoyo a las familias para hacer frente a lo que ocurrirá a partir del lunes en muchas regiones italianas. El siguiente paso será acelerar la campaña de vacunación, porque solo así podremos cerrar este dramático y larguísimo período», ha señalado la formación.
También el líder de la ultraderechista Liga, Matteo Salvini, que respalda el Gobierno de Mario Draghi, ha opinado que los ciudadanos tienen todavía que aguantar en marzo, hacer sacrificios para evitar el colapso de los hospitales y «agradecer a la comunidad médica lo que está haciendo», para a partir de abril ir recobrando la normalidad.
Italia registra desde hace días más de 20.000 casos diarios de contagios de coronavirus y las unidades de cuidados intensivos y los hospitales rozan los umbrales de saturación.
Confinamiento si hay 250 contagios por cada 10.000 habitantes
Las autoridades italianas están preocupadas por la rápida circulación de las variantes en el país, especialmente la británica, frente al ritmo más lento de la campaña de vacunación.
Draghi ya ha dicho en reiteradas ocasiones que el Gobierno trabaja en un plan para impulsar las vacunaciones en todo el país para alcanzar lo antes posible a la inmunidad de grupo.
De momento, y ante la «nueva ola» que vive el país, el Ejecutivo ha optado por un decreto con el que confina toda Italia en los tres días de Semana Santa, del 3 al 5 de abril.
Además, entre el 15 de marzo y el 6 de abril, las regiones que tengan una incidencia semanal de 250 contagios por cada 100.000 habitantes pasarán a «zona roja».
El lunes diez regiones y una provincia autónoma estarán en zona de confinamiento, mientras que el resto quedarán en el nivel medio de alerta, y la isla de Cerdeña se mantendrá prácticamente sin restricciones.
En las zonas de confinamiento, todos los negocios no esenciales y también las escuelas y universidades estarán cerradas, y se podrá hacer deporte y pasear cerca de casa.
El Gobierno prepara una nueva desviación presupuestaria
Para ayudar a las familias y empresas afectadas por las nuevas restricciones, el Ejecutivo de Draghi trabaja en un plan de estímulos que le obligará a solicitar ante el Parlamento una nueva desviación presupuestaria.
El anterior Gobierno de Giuseppe Conte ya logró aprobar una de 32.000 millones para posibles planes en los primeros meses de este año, pero Draghi ya ha advertido de que no es suficiente.
Se necesitarán por tanto estos 32.000 millones y algunos más, y, si bien el primer ministro no ha entrado en detalles, los medios especializados apuntan a que deberá solicitar una desviación de otros 10.000 millones.
La intención es dar ayudas directas a autónomos y empresas, garantizar liquidez a las pymes y ampliar el llamado en Italia sistema «Caja Integración», un fondo de ayudas para quienes han perdido el empleo o han visto reducida su jornada laboral de forma temporal.
De momento, el Gobierno ya ha dado luz verde a un paquete de ayudas de 290 millones de euros para facilitar los permisos parentales retribuidos a quienes tengan que quedarse con sus hijos en casa por el cierre de los colegios y dar subvenciones de hasta 100 euros por semana para la contratación de niñeras en el caso de autónomos, sanitarios y las fuerzas del orden.