El Ejército de Francia ha anunciado este jueves la muerte de un alto cargo de la Katiba Gourma-Serma, un grupo armado integrado en el Grupo de Apoyo para el Islam y los Musulmanes (JNIM), en un bombardeo ejecutado la semana pasada en Malí.
El Ministerio del Ejército ha indicado en un comunicado que el sospechoso, Naser al Tergui, iba en un vehículo junto a otros cuatro miembros del JNIM en dirección a la ciudad de Hombori.
«En cooperación con las fuerzas asociadas, tras haber confirmado de nuevo la presencia de Naser al Tergui a bordo del vehículo, los militares de la operación 'Barkhane' decidieron lanzar una operación para interceptar el vehículo y a los cinco individuos», ha señalado.
Así, ha resaltado que «el vehículo se negó a detenerse» y ha añadido que «se llevaron a cabo bombardeos aéreos para detenerlo». «El vehículo fue destruido y los cinco ocupantes fueron neutralizados», ha apuntado.
«Un grupo de comando fue trasladado en helicóptero a la zona del bombardeo para reconocer y recuperar materiales de interés, que están siendo explorados», ha recalcado en su comunicado, publicado a través de su cuenta oficial en la red social Twitter.
El Gobierno francés ha detallado que Al Tergui se unió a Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) en 2012 durante el periodo de la ocupación de la ciudad de Tombuctú por parte de milicias islamistas.
Asimismo, ha resaltado que era el 'número dos' de la Katiba Gourma-Serma del JNIM --encabezada por Abú Hamza al Chingueti-- y líder de la Katiba de Gourma, en la cual tenía «importantes responsabilidades a nivel operativo».
Por otra parte, ha hecho hincapié en que el JNIM está llevando a cabo «esfuerzos importantes» para intentar controlar la región de Gourma, cerca de la frontera con Burkina Faso y Níger, antes de resaltar que la operación «es un éxito suplementario» para Francia y sus aliados.
«La neutralización del líder de la Katiba Gourma permitirá reducir las capacidades de operación de un grupo armado terrorista conocido por cometer ataques contra las fuerzas locales y numerosos abusos contra la población local», ha remachado.
Malí, al igual que otros países del Sahel, ha venido registrando en los últimos años un número creciente de ataques yihadistas obra tanto de la filial de Al Qaeda en la región como de la de Estado Islámico, lo cual ha hecho además aumentar la violencia intercomunitaria y provocado el desplazamiento de decenas de miles de personas.