Los cambios que Vladímir Putin pretende instaurar en el orden mundial con su invasión de Ucrania no se antojan más cercanos cuando se cumplen dos semanas del inicio de una operación bélica que prácticamente todo el mundo rechaza. En sus comparecencias públicas dirigiéndose al pueblo ruso, y en el último encuentro bilateral con China semanas antes del inicio de la guerra, el líder expresó su determinación de implantar novedades destacadas en materia de seguridad internacional: básicamente propiciar un nuevo sistema de relaciones internacionales entre los principales actores del panorama político.
Cómo está avanzando la operación de Putin para desestabilizar a las potencias occidentales llevando la guerra a las puertas de Europa. La mayor crudeza expresada en las últimas horas ha provenido del Báltico. En una comparecencia ante el Parlamento Europeo la primera ministra de Estonia ha expresado lo que algunos temen: nada volverá a ser igual de ahora en adelante. Más concretamente, el statu quo a nivel internacional no volverá a ser el que era el 23 de febrero, horas antes de que Putin anunciara su decisión de atacar Ucrania con un importante contingente militar.
Kaja Kallas ha sido rotunda al afirmar que el mundo «nunca volverá» al momento previo a la invasión rusa de Ucrania. «Desde el 24 de febrero, el mundo ha cambiado. La invasión de Putin en Ucrania ha dado pie a un periodo de inseguridad en Europa que no conocíamos desde 1939. Como sucedió tras la Segunda Guerra Mundial, nuestro mundo no volverá al statu quo anterior a la invasión. La relación de Rusia con el resto del mundo será diferente», dijo Kallas ante el Parlamento Europeo.
Según la líder báltica, el movimiento de Putin «tal vez nos haya hecho redescubrir por qué teníamos un orden internacional basado en normas». «Los estonios tenemos experiencia en ser deportados y huir de guerras, y también tenemos cierta experiencia con Rusia que yo he compartido con la UE desde que entré. Hoy se cumplen 78 años desde que el Ejército Rojo bombardeó mi ciudad, Tallín, hasta los cimientos. Pero mi madre siempre me decía que no es educado decir que ya lo habíamos avisado», recordó Kallas a los eurodiputados.
Más allá de recordar que su madre tenía seis meses cuando deportaron a su familia a Siberia («fue un extraño quien le dio a mi abuela un bote de leche para mantener a mi madre viva ese viaje», apuntó), ha considerado que Occidente tendrá que «seguir apoyando a los que luchan por la independencia de Ucrania y dando tiempo a que las sanciones tengan un efecto pleno», tras lo cual se debe emprender una estrategia para «consolidar lo que se ha conseguido en el mundo libre en las ultimas semanas».
Qué ha pasado en ese llamado mundo libre desde que los tanques rebasaron la frontera entre Rusia y Ucrania. Por el momento los neutrales se han pronunciado, algo que se plantea prácticamente tan histórico como la misma irrupción de las tropas, o los bombardeos sobre las ciudades fieles al gobierno elegido en las urnas, los primeros en la zona desde los tiempos de la Segunda Guerra Mundial. No solo se han pronunciado. Suiza envía armas a Ucrania y persigue los fondos de los oligarcas. Suecia y Finlandia se muestran más proclives que nunca a integrarse de pleno derecho en la OTAN, alentados por sus vecinos bálticos, la primera línea de contacto entre la alianza atlántica y el gigante eurásico.
¿Y China? Cuál es el papel de Pekín en estos momentos donde unos no retroceden y otros no se rinden. Si bien al principio de las operaciones militares China mantuvo que las reclamaciones de Rusia sobre su seguridad eran legítimas, y que las sanciones unilaterales de Occidente no son un buen caldo de cultivo para la prosperidad, en las últimas horas ha reafirmado sus mensajes en la línea de dar apoyo a la negociación y no necesariamente compartir los medios utilizados por Moscú hasta la fecha.
Aunque tal vez sea partícipe del interés por alumbrar un nuevo tablero de relaciones internacionales, China llama a sentarse y solucionar mediante la negociación un acuerdo que permita alejar los combates de la población civil. Se trata de una posición determinante, puesto que el gigante asiático es el único actor internacional con cierto peso e influencia sobre Rusia. Por tanto, la posición china es relevante en el actual contexto de huida hacia adelante de Putin, ante la sospecha de que las cosas no se serenen sino al contrario, vayan a peor con el transcurso de los días. No en balde son ya muchos días de combates, y en varias zonas del país los suministros empiezan a escasear, a pesar de la heroica acción de transportistas, voluntarios y ONG que mantienen de algún modo un flujo hasta ahora constante de provisión de alimentos básicos y medicamentos.