Las nuevas medidas suponen una cuarta serie de sanciones contra Rusia por su invasión de Ucrania, coordinadas con Estados Unidos y otros aliados del G7. «Mañana tomaremos un cuarto paquete de medidas para aislar aún más a Rusia y drenar los recursos que utiliza para financiar esta guerra bárbara», dijo Ursula von der Leyen. Junto con otros aliados occidentales, como Estados Unidos, el bloque revocará el estatus comercial de «nación más favorecida» de Rusia.
Esto abriría la puerta a que el bloque prohibiera o impusiera aranceles punitivos a los productos rusos y equiparara a Moscú con Corea del Norte o Irán. Como primera medida, la UE prohibirá las importaciones de productos del sector del hierro y el acero. Von der Leyen dijo que se suspenderían los derechos de Rusia como miembro de las principales instituciones multilaterales, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. «Rusia no puede violar burdamente el derecho internacional y al mismo tiempo esperar beneficiarse de los privilegios de formar parte del orden económico internacional», señaló.
Los aliados del G7 tratarán la semana que viene de coordinar la persecución de los «compinches» de Putin y se esforzarán por garantizar que Rusia y sus élites no puedan utilizar criptoactivos para eludir las sanciones. En concreto, la UE prohibirá las exportaciones a Rusia de productos de lujo, lo que supone un golpe para las élites rusas. Por último, el bloque prohibirá nuevas inversiones europeas en el sector energético de Rusia. «Esta prohibición abarcará todas las inversiones, las transferencias de tecnología, los servicios financieros, etc. para la exploración y producción de energía, y por tanto tendrá un gran impacto en Putin», dijo von der Leyen. Las importaciones de bienes de la UE procedentes de Rusia ascendieron a 145.000 millones de euros (158.700 millones de dólares) en 2019, según la oficina de estadísticas de la UE, Eurostat, de los cuales 101.000 millones de euros correspondieron a petróleo y gas.