Estados Unidos cree que el presidente ruso, Vladímir Putin, se está preparando para un largo conflicto en Ucrania y de este modo una eventual victoria rusa en el Donbás, al este del país, podría no poner fin a la guerra, según ha indicado la directora de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, Avril Haines. «Evaluamos que el presidente Putin se está preparando para un conflicto prolongado en Ucrania durante el cual todavía tiene la intención de lograr objetivos más allá del Donbás», dijo a los legisladores estadounidenses.
Añadió que Putin cuenta con que la determinación occidental se debilite con el tiempo, y así las sanciones impuestas a algunos de los principales oligarcas del país se vayan relajando con el paso del tiempo. Los pronósticos poco optimistas coinciden con un avance de las tropas de Ucrania en el noreste del país, donse se han recuperado algunas poblaciones que permanecían bajo dominio ruso, un hecho que podría señalar un cambio de signo en el transcurso de la guerra y poner en peligro el principal avance de Putin hasta la fecha.
Según Tetiana Apatchenko, responsable de prensa de la 92ª Brigada Mecanizada Separada, la principal fuerza ucraniana cerca de Járkov, las tropas ucranianas retomaron en los últimos días los asentamientos de Cherkaski Tyshki, Ruski Tyshki, Borshchova y Slobozhanske, en una zona al norte de la ciudad. Yuriy Saks, asesor del ministro de Defensa, Oleksiy Reznikov, dijo que los éxitos estaban empujando la artillería rusa fuera del alcance de partes de Járkov, la segunda ciudad más grande de Ucrania, que ha estado bajo bombardeo desde los primeros días de la guerra.
El contraataque podría señalar una nueva fase en la guerra, con Ucrania pasando ahora a la ofensiva después de semanas en las que Rusia lanzó un asalto masivo que las tropas ucranianas contuvieron en su mayoría a duras penas. Al hacer retroceder a las fuerzas rusas que ocuparon las afueras de Járkov desde los primeros días de la guerra, los ucranianos se están acercando a las líneas de suministro de la retaguardia, que sostienen a la principal fuerza de ataque rusa más al sur.
En la estrategia de dilatar la ofensiva en la región pueden pesar los próximos acontecimientos en Transnistria, región administrativamente moldava aunque independiente de facto desde la caída de la Unión Soviética, con un status propio y fuertes lazos con los vecinos territorios rusos. Perfectamente consciente de ello, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha visitado un centro de acogida a refugiados ucranianos en Moldavia, que se ha convertido en uno de los principales destinos de las personas que huyen de zonas de combate en Ucrania.
El gobierno de Moldavia ha abordado con Guterres un programa de cooperación que establece las prioridades para los próximos cinco años y está destinado a fomentar el Estado de derecho, la democracia y el nivel de la vida de la población. La víspera, al iniciar su visita a Moldavia, Guterres llamó a Rusia y Ucrania a agilizar las negociaciones para lograr un arreglo pacífico al actual conflicto en línea con el derecho internacional.
Asimismo, el diplomático portugués instó a Rusia a poner fin a sus acciones militares en el país vecino, expresó su «profunda preocupación» por la continuación y posible propagación del conflicto, y consideró inimaginables las consecuencias de una escalada en Ucrania. Después de que un general ruso reconociera que Moscú se plantea acceder a la frontera con la región separatista moldava de Transnistria, Guterres defendió la integridad territorial de este país, uno de los más pobres del continente.