El ministro alemán de Finanzas, Christian Lindner, ha anunciado este miércoles un paquete de medidas fiscales de hasta 10.000 millones de euros para compensar el impacto de la elevada inflación sobre el poder adquisitivo de los ciudadanos, incluyendo rebajas de impuestos y un incremento de las ayudas a las familias. En la presentación de la Ley de Compensación de la Inflación, el ministro alemán ha explicado que la medida pretende ajustar el impacto fiscal que la inflación representa para unos 48 millones de ciudadanos con el fin de evitar cargas adicionales, además de contemplar medidas de apoyo específicas para las familias.
«El Estado no debe enriquecerse con la inflación a expensas de los ciudadanos», ha subrayado, añadiendo que podrán beneficiarse de las medidas unos 48 millones de contribuyentes, aunque aquellos ciudadanos con ingresos particularmente altos están deliberadamente excluidos. De este modo, se eleva el umbral mínimo de ingresos para tener que presentar la declaración de impuestos a 10.347 euros en 2022 desde los 9.984 euros, con la previsión de aumentar este limite a 10.632 euros en 2023 y hasta los 10.932 euros en 2024.
Por el contrario, se aplicará un gravamen del 42 % a aquellos con ingresos a partir de 58.597 euros en 2022 y del 45 % a partir de los 277.826 euros, mientras que el próximo año serán aplicables a partir de los 61.972 euros y 277.826 euros, respectivamente, mientras que para 2024 se aplicará el 42 % a partir de 63.515 euros y el 45 % desde los 277.826 euros. De su lado, el paquete de medidas contempla también el incremento gradual de la asignación por hijo para cada padre en un total de 264 euros entre 2022 y 2024, hasta alcanzar los 2.994 euros el 1 de enero de 2024.
La Oficina Federal de Estadística de Alemania (Destatis), informó este miércoles de que la tasa de inflación interanual se situó el pasado mes de julio en el 7,5 %, lo que supone una reducción de una décima respecto del 7,6% correspondiente a junio y de cuatro décimas en comparación con el 7,9 % de mayo, acumulando así dos meses consecutivos a la baja, gracias a las medidas de alivio implementadas por el Gobierno del país, incluyendo descuentos en los transportes públicos y el combustible. «La principal razón de la alta inflación sigue siendo el aumento de los precios de los productos energéticos», señaló Georg Thiel, presidente de la Oficina Federal de Estadística, después de que los precios de la energía en Alemania subieran un 35,5 % en julio, frente al 38% de junio.
En particular, Thiel destacó el «ligero efecto a la baja en la tasa de inflación» de la introducción de un abono transporte temporal al precio reducido de 9 euros y del descuento en el precio de los combustibles, además de la eliminación en julio del recargo EEG. De este modo, la supresión de este recargo en la factura permitió que el aumento interanual de los precios de la electricidad en julio fuera del 18,1 %, frente al 22 % de junio, mientras que los descuentos en los precios del combustible limitaron el incremento de los precios al 23 % desde el 33,2 % de junio.
Además, los precios del combustible para calefacción aumentaron un 102,6 %, incluyendo una subida del 75,1 % del gas. De su lado, los precios de los alimentos aumentaron un 14,8 % interanual en julio, tras la subida del 12,7 % de junio. Se registraron aumentos de precios para todos los grupos de alimentos, incluyendo un alza del 44,2 % de los precios de las grasas y aceites comestibles y del 24,2 % del precio de los lácteos y los huevos, mientras que la carne y los productos cárnicos se encarecieron un 18,3 %. Excluyendo los precios de la energía, la tasa de inflación de Alemania se situó en el 4,4 % en julio, mientras que la tasa subyacente, que deja fuera del cálculo también a los alimentos, situó en el 3,2 %.