Las dos Coreas intercambiaron este lunes disparos de advertencia en su frontera marítima occidental acusándose mutuamente de vulnerarla, según informaron los ejércitos de ambos países, en una nueva muestra de la creciente tensión en la península. «Hoy (lunes 24 de octubre) en torno a las 3.42 (18.42 GMT del domingo), un mercante norcoreano invadió la Línea Límite Norte (que marca la frontera marítima occidental intercoreana) a unos 27 kilómetros al noreste de la isla de Baengnyeong en el mar del Oeste (nombre que recibe el mar Amarillo en las dos Coreas) y el ejército surcoreano tomo medidas para su evacuación mediante mensajes y fuego de emergencia», informó el Estado Mayor Conjunto (JCS) sureño.
Poco después el Norte argumentó que la patrulla de advertencia surcoreana violó a su vez la divisoria y disparó «diez proyectiles de lanzacohetes múltiple hacia las aguas territoriales donde se detectó movimiento enemigo, a las 5.15 (20.15 GMT del domingo)», detalló a su vez un portavoz del Estado Mayor norteño en un mensaje difundido por la agencia KCNA. Según el texto, la embarcación «traspasó la Línea Límite Norte (LLN) bajo control del Ejército Popular de Corea entre 2,5 y 5 kilómetros en aguas a unos 20 kilómetros de Baengnyeong en torno a las 3.50 (18.50 GMT del domingo)». Trazada por el Comando de la ONU, liderado por EE.UU., al término de la Guerra de Corea en 1953, la LLN no es reconocida por Pionyang y ha sido escenario de combates que han dejado muertos en ambos bandos en 1999, 2002, 2009 y 2010.
El ejército surcoreano dijo que Corea del Norte lanzó los diez cohetes desde la fronteriza provincia de Hwanghae del Sur y que los proyectiles cayeron en áreas marítimas junto a la LLN que ambos países delimitaron en un acuerdo militar firmado en 2018 en el que se comprometían a evitar maniobras ni ejercicios con fuego real en dichas zonas. Por ello, Seúl insistió hoy en que los lanzamientos de hoy, al igual que la rondas de artillería que Pionyang ha disparado la semana pasada, suponen una violación de dicho acuerdo y pidió a las tropas norteñas que «cesen de inmediato las repetidas provocaciones y argumentos hostiles, ya que son actos que dañan la paz y la estabilidad».
La tensión en la región está alcanzando cotas similares a las de 2017 a raíz del reciente incremento en la frecuencia de los lanzamientos de proyectiles por parte norcoreana, los ensayos con los que Seúl y Washington están replicando, y la posibilidad de un nuevo test atómico, ya que los satélites indican que Pionyang lleva meses listo para realizar uno.