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La ultraderecha anti-árabe de Israel se erige como tercera fuerza, según los sondeos

La coalición tiene como número dos al supremacista judío Itamar Ben Gvir

La coalición tiene como número dos al supremacista judío Itamar Ben Gvir. | Reuters

| Israel |

Sionismo Religioso, la lista de extrema derecha anti-árabe de Israel, se confirma como la tercera fuerza en las elecciones israelíes, según los sondeos a pie de urna, y se postula como actor clave para dar la llave de gobierno al ex primer ministro Benjamín Netanyahu. La coalición -que tiene como número dos al supremacista judío Itamar Ben Gvir- conseguiría entre 14 escaños en un parlamento de 120, una cifra muy alta en comparación con los 6 asientos que obtuvo en las pasadas elecciones de marzo de 2021, según las encuestas de los tres principales canales israelíes difundidas tras cerrar los colegios electorales a las 22:00 hora local (20:00 GMT).

Sionismo Religioso, junto con los dos partidos ultraortodoxos, es socio del bloque que lidera el partido Likud de Netanyahu, que según los sondeos tendría la mayoría mínima para formar gobierno, entre 61 y 62 escaños, con bastante ventaja sobre el bloque de partidos anti-Netanyahu que encabeza el actual primer ministro Yair Lapid. La amalgama de formaciones que lidera el mandatario centrista conseguiría solo 54-55 asientos, e incluso con el improbable apoyo de los 4 escaños de la coalición árabe Hadash-Taal, no alcanzaría los 61 diputados necesarios para alcanzar la creación de Ejecutivo. En este panorama, Sionismo Religioso se presenta como la gran revelación de los comicios, con poder para exigir ministerios de peso en las negociaciones para conformar un gobierno con Netanyahu.

Su cabeza de lista, Bezalel Smotrich, ya ha pedido las carteras de Defensa o Justicia, mientras que Ben Gvir ha exigido la de Seguridad Pública, que controla la policía. Ambos líderes son colonos que viven en asentamientos en Cisjordania ocupada, en Kedumim el primero, y el segundo en Kiryat Arba, en el área de Hebrón. La lista que integran -formada por tres partidos ultra- tiene posiciones abiertamente racistas, anti-árabes y de corte homófobo, se inspira en los textos bíblicos para justificar una colonización total de los territorios ocupados y aboga por una represión mucho más contundente contra los palestinos. Ben Gvir, líder con popularidad al alza que entró al Parlamento israelí por primera vez el año pasado, fue condenado en el pasado por incitación al racismo, ha apelado a la expulsión de los árabes que sean «desleales» a Israel y es conocido por sus actos de tono provocador y agresivo que copan titular en los medios.

Entre otras controversias, este pasado octubre sacó una pistola e instó a la policía a disparar mientras había choques con palestinos del barrio de Sheij Yarrah, en Jerusalén Este ocupado, donde el ultra acude a menudo para defender la colonización judía del área e incitar protestas contra palestinos. Según analistas, las posturas de Ben Gvir y de parte del Sionismo Religioso están incluso más al extremo que las de muchos movimientos de ultraderecha de Europa o Estados Unidos. Él mismo es discípulo del difunto extremista Meir Kahane, quién defendía la creación de un Israel bíblico y la deportación de toda la población palestina, y cuyo movimiento kah, fue declarado grupo terrorista por Israel y EEUU. Ben Gvir era abiertamente admirador de Baruch Goldstein, otro ultraderechista que mató a 29 fieles palestinos en la masacre de la Tumba de los Patriarcas de Hebrón en 1994.

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