Las autoridades rusas investigan dos explosiones ocurridas este lunes en aeródromos militares de las regiones de Riazán y Sarátov, ambos a miles de kilómetros de Ucrania, y que causaron la muerte de al menos tres personas y daños a bombarderos estratégicos rusos. «Tres personas murieron, otras cinco resultaron heridas, de ellas dos graves», afirmó a la agencia rusa TASS una fuente del aeródromo ubicado en la región de Riazán, a unos 200 kilómetros de Moscú.
Por su parte, el gobernador de Sarátov, Román Busarguin, trató de quitar hierro al suceso y, si bien reconoció que hubo «una fuerte explosión» en el aeródromo de Enguels, aseguró que «no hay motivos para la inquietud». «Quiero asegurarles que no hay ninguna emergencia en la ciudad (...) Ninguna instalación civil ha sufrido daños. La policía investiga lo sucedido en los objetivos militares», señaló el gobernador de la región, ubicada a 860 kilómetros de la capital rusa.
No obstante, según medios locales, podría tratarse de ataques contra estas instalaciones en las que están desplegados bombarderos estratégicos. El canal de Telegram Baza informó que «un dron de origen desconocido atacó un aeródromo en la región de Sarátov», sin revelar sus fuentes. «Según datos previos, en la mañana del 5 de diciembre una nave aérea desconocida cayó sobre la pista de aterrizaje del aeródromo local. Dos aviones resultaron dañados», indicó el medio.
El asesor de la Presidencia ucraniana, Mykhailo Podolyak, insinuó en Twitter que estas explosiones podrían ser una respuesta de Kiev. «Si lanzas demasiado a menudo cosas al espacio aéreo de otros países, tarde o temprano objetos voladores desconocidos retornarán al lugar de su partida», tuiteó. Rusia, de momento, no ha confirmado ni ha desmentido la posibilidad de que se tratase de ataques. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, señaló que la Presidencia rusa «está al tanto de lo sucedido», pero no dispone de «información precisa».