El máximo representante de la Iglesia Ortodoxa en Rusia, el patriarca Kirill, quien desde el principio de la guerra ha avalado las tesis imperialistas del Kremlin y ha defendido la Guerra Santa de la 'Gran Rusia', ha hecho este jueves un llamamiento a una tregua momentánea en los combates que se libran en Ucrania. Ese alto el fuego debería darse, en opinión del líder religioso, entre el viernes y el sábado con motivo de la celebración de la Navidad ortodoxa. «Yo, Kirill, patriarca de Moscú y Toda Rusia, pido a todas las partes implicadas en el conflicto interno que mantengan un alto el fuego y establezcan una tregua por Navidad desde las 12.00 horas del 6 de enero hasta las medianoche del 7 de enero para que la población ortodoxa pueda acudir a misa en la víspera de Navidad y el día del nacimiento de Jesucristo».
Así se ha expresado Kirill I en un mensaje publicado en la página web de la Iglesia Ortodoxa Rusa, con mucho la más grande de las iglesias de la comunión ortodoxa oriental, que se separó del cristianismo occidental en el Gran Cisma de 1054. Hoy cuenta con unos 100 millones de creyentes tan solo dentro de las fronteras de la Federación.
Este mismo jueves el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, le dijo a su homólogo Vladímir Putin en una llamada telefónica que los esfuerzos de paz en la guerra deberían estar respaldados por un alto el fuego unilateral y una «visión para una solución justa». Erdogan y el presidente ruso han hablado repetidamente desde que las fuerzas rusas invadieron Ucrania.
Fuentes del Kremlin apuntan a la respuesta que Putin ha dado al líder turco. Según las mismas, el presidente ruso se ha mostrado dispuesto a dialogar, siempre y cuando Ucrania y el Gobierno de Kiev cumplan sus condiciones. Ello pasa de forma indefectible por admitir que varios territorios ucranianos han pasado a integrarse en la Federación Rusa como «nuevas realidades territoriales» de pleno derecho, informa Moscú.
En más de una ocasión el patriarca Kirill ha expresado su apoyo a la calificada por el Kremlin de 'operación militar especial' en Ucrania, una decisión difícil y peliaguda dado que sus fieles se encuentran también en el bando atacado. Por su parte, Turquía actuó como mediador junto con las Naciones Unidas para establecer un acuerdo que permitiera las exportaciones de granos desde los puertos ucranianos, y paliar así la hambruna que sobrevendría sobre zonas comprometidas de Asia y África. La guerra en Ucrania estalló el 24 de febrero por orden del presidente ruso, quien días antes había reconocido la independencia de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, situadas en la región del Donbás (este) y escenario de un conflicto desde 2014.