El balance de muertos a causa del terremoto de magnitud 7,4 en la escala abierta de Richter registrado este lunes en el sur de Turquía, cerca de la frontera con Siria, ha ascendido a más de 1.300, según datos facilitados por las autoridades de ambos países y los 'cascos blancos', si bien se teme que la cifra pueda aumentar en las próximas horas debido a que miles de personas han resultado heridas y a que muchas siguen aún atrapadas entre los escombros.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha señalado en declaraciones a la prensa que al menos 912 personas han muerto y 5.385 han resultado heridas a causa del seísmo, que ha descrito como «el mayor desastre desde el terremoto de 1939», que dejó más de 30.000 muertos. «Nuestro Estado ha adoptado medidas con todas las instituciones desde que tuvo lugar el terremoto y nuestras provincias han movilizado todas sus capacidades», ha dicho, antes de señalar que más de 9.000 trabajadores trabajan en las operaciones de búsqueda y rescate.
El gobernador de la provincia de Kahramanmaras, Omer Faruk Coskun, ha subrayado que «no es posible dar un número exacto de muertos y heridos en estos momentos» y ha añadido que «los daños son graves». El seísmo ha tenido su epicentro en el distrito de Pazarcik, situado en esta provincia. En esta línea, el alcalde de Kahramanmaras, Hayrettin Gungor, ha reconocido que la situación es un «desastre» y ha añadido que las autoridades «están sobre el terreno con todas sus capacidades». «Nuestra petición a los ciudadanos es que no se agolpen y no alteren el tráfico. Necesitamos ayudar a los equipos (de búsqueda y rescate)», ha argumentado.
Por su parte, el ministro del Interior, Suleyman Soylu, ha indicado en una rueda de prensa que el Gobierno turco ha declarado el nivel más alto de alarma, que incluye la solicitud de ayuda internacional, y ha enviado numerosos equipos de búsqueda y rescate a las zonas del terremoto. El terremoto ha dejado además cerca de 240 muertos en las zonas de Siria controladas por las autoridades, según datos del Ministerio de Sanidad sirio, que ha apuntado que cerca de 640 personas han resultado heridas. La mayoría de las víctimas residen en las provincias de Latakia, Alepo, Hama y Tartus.
Ante la situación, el Ministerio de Defensa sirio ha anunciado la movilización de todas sus unidades e instituciones para dar ayuda a los damnificados, según un comunicado recogido por la agencia estatal siria de noticias, SANA.
El presidente del país, Bashar al Assad, ha encabezado además una reunión de emergencia del Gobierno para analizar la situación. A estas cifras hay que sumar cerca de 150 muertos y más de 340 heridos en las zonas controladas por los rebeldes en las provincias de Idlib y Alepo, en el noroeste del país árabe, según ha indicado la Defensa Civil de Siria, conocidos como 'cascos blancos', a través de su cuenta en Twitter, donde ha lamentado «la catástrofe y la devastación» causada por el seísmo. «El terremoto en el noroeste de Siria ha causado 147 muertos y ha herido a más de 340. El balance podría aumentar ya que muchas familias están aún atrapadas. Nuestros equipos están sobre el terreno buscando supervivientes y retirando a los muertos de entre los escombros», ha señalado. «Casas, edificios y áreas residenciales completamente destruidas. Se necesita apoyo urgente para los esfuerzos de respuesta», ha manifestado.