Corea del Norte disparó este lunes dos misiles balísticos de corto alcance al mar de Japón (llamado mar del Este en las dos Coreas), en lo que supone una nueva réplica a las grandes maniobras de primavera que realizan estos días en el sur de la península Seúl y Washington. El Estado Mayor Conjunto (JCS) surcoreano confirmó en un comunicado que los dos lanzamientos se habían producido desde el condado de Junghwa, en la provincia de Hwanghae del Norte (suroeste del país) en torno a las 07:47 hora local (22:47 GMT del domingo). Se trata del undécimo lanzamiento realizado este año por Corea del Norte, la mitad de ellos realizados para replicar a Corea del Sur y EE.UU., que estos días están llevando a cabo sus mayores maniobras militares conjuntas desde 2018.
Los aliados pusieron punto final a su ejercicio de puesto de mando (CPX) Freedom shield el pasado jueves, pero aún están celebrando los simulacros que corresponden a los ejercicios de tropas sobre el terreno (FTX) Warrior shield. Como parte de estos últimos, la semana pasada Corea del Sur y EE.UU. movilizaron cazas furtivos F-35, F-15, F-16 y F-4 y también un avión de ataque A-10 para una serie de maniobras en las que dispararon misiles aire-aire y lanzaron bombas aire-tierra.
Además, el portaaviones estadounidense de propulsión nuclear USS Nimitz y su grupo de ataque realizará este lunes unas maniobras con la marina surcoreana en las aguas del país, un gesto de fuerza frente al Norte. El último ensayo armamentístico norcoreano llega después de que Pionyang informara el pasado viernes de que probó recientemente un dron submarino con capacidad para generar tsunamis radiactivos, tal y como hace el sistema Poseidón ruso. Aunque muchos analistas ponen en duda que el régimen de Kim Jong-un haya podido desarrollar en poco tiempo un arma tan sofisticada, el anuncio supone un nuevo gesto de peso de Pionyang, que ha sofisticado y diversificado mucho su arsenal en los últimos cinco años.
La península vive un nivel histórico de tensión después de un 2022 en el que Corea del Norte, que ha rechazado ofertas para retornar al diálogo, realizó un número récord de pruebas de armas y en el que los aliados volvieron a realizar grandes maniobras y a desplegar portaaviones de propulsión nuclear o bombarderos estratégicos en la península.