El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado este martes que se presentará de nuevo a las elecciones en 2024, después de semanas de especulaciones en las que él mismo había adelantado que tenía previsto aspirar a un segundo mandato, que arrancaría ya con 82 años. El vídeo del anuncio comienza con imágenes del asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021 y, en su discurso, Biden avisa de que Estados Unidos no puede dar por sentados derechos y libertades, con una advertencia expresa del riesgo que representan los seguidores «extremistas» del expresidente Donald Trump, que también quiere volver a la Casa Blanca.
«Cada generación tiene un momento en el que tiene que alzarse por la democracia. Alzarse por sus libertades fundamentales. Creo que es la nuestra», ha publicado Biden en redes sociales. Considera que está en juego «el alma de Estados Unidos». «Vamos a terminar el trabajo», ha proclamado como principal lema para completar los ocho años en el Despacho Oval, para los que se presenta como contraposición a quienes quieren recortar la seguridad social, reducir los impuestos a las rentas algas, dictar qué decisiones pueden tomar las mujeres, prohibir libros y decir a la gente «a quién pueden amar».
En el cartel que acompaña el anuncio figura junto a Biden la actual vicepresidenta, Kamala Harris, que también ha confirmado que aspirará de nuevo a ser la 'número dos' de la candidatura del Partido Demócrata en noviembre de 2024.
Ambos habían competido en las primarias para los anteriores comicios pero finalmente formaron un tándem que quiere seguir cuatro años más. Biden también ha ultimado en estos últimos días su equipo de campaña, que estará encabezado por Julie Chavez Rodriguez, funcionaria de la Casa Blanca. El equipo establecerá como base Delaware, el estado donde el presidente inició su dilatada carrera politica.
El anuncio formal de este martes prácticamente coincide por fechas por el realizado hace cuatro años, cuando Biden se lanzó formalmente a una carrera por la Casa Blanca no exenta de altibajos y donde uno de sus principales lastres fue la edad. Trump, de hecho, ya ha comenzado a jugar esta carta en sus actos de campaña y la semana pasada se burló del actual mandatario diciendo en un mitin que estaba «gagá» e imitándolo.
La edad también es un debate a pie de calle, como lo demuestran una reciente encuesta de NBC que refleja que apenas uno de cada cuatro ciudadanos son partidarios de un segundo mandato. Entre los simpatizantes demócratas, un 51 por ciento opinan que no debería presentarse. Quienes se oponen a esta segunda etapa en la Casa Blanca citan en un 48 por ciento de los casos la edad como un aspecto clave a tener en cuenta.
Si se impone de nuevo en las elecciones de 2024, el que ya es el presidente más anciano de Estados Unidos concluiría su último mandato con 86 años. Sin embargo, y recelos aparte, todo apunta a que Biden tendrá despejado el camino durante el próximo año, ya que no consta que ningún gran candidato alternativo pueda rivalizar en las primarias demócratas con quien fuese durante ocho años 'número dos' de Barack Obama. Por ahora sólo hay dos nombres, el de la escritora Marianne Williamson y el del abogado antivacunas Robert F. Kennedy Jr., miembro de la saga Kennedy.
Biden se presentó en 2020 como contrapeso a Trump y con la idea de pasar página a algunas de sus políticas más controvertidas. Tomó las riendas del país en un momento marcado por el asalto al Capitolio pero también por la pandemia de COVID-19, bajo la premisa de acometer mejoras sociales que se han chocado en el último año con muros económicos como la inflación o con decisiones judiciales como la del Tribunal Supremo sobre el aborto.
El presidente también se ha tropezado con el Congreso en varias ocasiones, a pesar de que durante sus primeros dos años los demócratas tenían el control de ambas cámaras y, tras las elecciones de 2022, conservan el Senado.
El nivel de gasto ha sido motivo recurrente de discrepancias y no hay perspectivas de sacar adelante algunas propuestas en las que Biden ha mostrado especial interés, como la introducción de nuevos límites para las armas. En el terreno internacional, su principal mancha ha sido la caótica retirada militar de Afganistán, si bien el último año ha estado marcado por la ayuda brindada a Ucrania --a la que ahora algunos dentro de Estados Unidos abogan por poner límite-- y las medidas adoptadas contra Rusia y por un pulso prácticamente constante con China.