La mansión que el ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi tenía a las afueras de Milán se ha convertido en epicentro de los homenajes improvisados al difunto dirigente de Forza Italia, a la espera de que el país le despida el miércoles con un funeral de Estado en el Duomo. Los restos mortales de Berlusconi reposan desde el lunes en Villa San Martino, en Arcore. Hasta allí fueron trasladados apenas unas horas después de que el político, enfermo de leucemia, falleciera en un hospital de Milán tras varios días ingresado, pero no hay capilla ardiente abierta al público.
El velatorio transcurre de manera privada, aunque numerosas personas han desafiado a la lluvia y se han acercado hasta las puertas de la casa para depositar flores, banderas e incluso bufandas del equipo de fútbol presidido por Berlusconi, el Milán. La zona cuenta también con un amplio dispositivo de seguridad. Para el miércoles, se ha convocado un funeral de Estado que tendrá lugar en la catedral de Milán y al que acudirán representantes de las principales instituciones de Italia, incluido el presidente, Sergio Mattarella, y la actual primera ministra, Giorgia Meloni.
También se prevé le asistencia de antiguos jefes de Gobierno, como Mario Draghi o Matteo Renzi, así como Paolo Gentiloni, que acudirá en representación de la Comisión Europea. Las autoridades locales han examinado este martes por la mañana el dispositivo de seguridad para estos homenajes, teniendo en cuenta que dentro de la catedral sólo caben unas 2.000 personas, informa la cadena RAI. El Ayuntamiento ha propuesto un plan que contempla un aforo de otras 2.000 personas en la plaza aledaña.