El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha reconocido que la contraofensiva ucraniana se ha visto «ralentizada» por las defensas rusas y ha afirmado que le hubiera gustado que las armas entregadas por occidente hubieran llegado más rápidamente para lanzar las operaciones «mucho antes». Zelenski ha indicado en una entrevista concedida a la cadena de televisión estadounidense CNN que hay zonas del país en las que el Ejército «no puede siquiera pensar» en iniciar un ataque, dado que no cuenta con «un nivel relevante de armas».
«Estoy agradecido a Estados Unidos, que encabeza el apoyo que recibimos, pero les dije a ellos y a los líderes europeos que nos queríamos iniciar antes la contraofensiva y que necesitábamos todas las armas y el material para ello. ¿Por qué? Simplemente porque empezar más tarde implicaba ir más despacio», ha argumentado.
«Quería que nuestra contraofensiva empezara mucho antes, ya que todo el mundo entendió que si arrancaba después, una parte mayor de nuestro territorio estaría minada», ha explicado, antes de lamentar que «se dio al enemigo el tiempo y la opción de poner más minas y preparar sus líneas defensivas».
En este sentido, ha hecho hincapié en que el tiempo es el enemigo en cualquier dirección en la que se lance un ataque y ha abundado en que «cuanto más tarde se empiece, más difícil será». «Lanzar a nuestra gente para que muera a causa de las armas de largo alcance de Rusia sería simplemente inhumano», ha recalcado.
El presidente ucraniano ha reiterado su llamamiento a favor de la entrega de aviones de combate F-16, ante las reticencias de los aliados occidentales. «No se trata de tener ventaja en los cielos frente a los rusos. Es sólo estar igualados. Los F-16 no sólo ayudan a los que están en el campo de batalla para avanzar. Es muy difícil hacerlo sin cobertura aérea», ha dicho.
En otro orden de cosas, ha destacado que «la mitad de Rusia» apoyó la breve rebelión protagonizada el 24 de junio por el jefe del Grupo Wagner, Yevgeni Prighozin. «La mitad de Rusia apoyaba a Prigozhin y la mitad apoyó a (el presidente ruso, Vladímir) Putin», ha señalado. «Algunas de las regiones rusas estaban en ese momento sopesándolo, sin estar seguras sobre a quién apoyar», ha aseverado, antes de incidir en que el mandatario ruso está ahora intentando «consolidar su sociedad».
En esta línea, ha reseñado que Putin ha estado fuera de los focos públicos desde la rebelión. «Tras estos sucesos, ¿a dónde ha ido Putin?» se ha preguntado, antes de manifestar que «sale pocas veces a la calle».
«Le vemos en sus oficinas, pero no le vemos dando una vuelta», ha zanjado. Prigozhin encabezó el 24 de junio una rebelión que incluyó el avance de sus fuerzas hacia la capital, Moscú, si bien horas después se alcanzó un acuerdo que implicó el repliegue de los miembros del Grupo Wagner de cara a su posible integración en el Ejército y la retirada de los cargos para los implicados. Además, Prigozhin se trasladaría a Bielorrusia, donde ya se encuentra.