El Gobierno francés ha conseguido el compromiso de los industriales y de los grupos de distribución de no aumentar o incluso disminuir los precios de 5.000 productos, una cuarta parte de las referencias de los supermercados.
El ministro de Economía, Bruno Le Maire, anunció también este jueves que desde el 1 de septiembre se van a reabrir las negociaciones entre industriales y distribuidores, que normalmente deberían producirse entre diciembre y comienzos de marzo, lo que espera que se traduzca en una reducción de precios en enero.
«Hay que romper esta escalada inflacionista», subrayó Le Maire en una entrevista con el canal France 2, en la que lanzó críticas a los fabricantes, a los que reprochó que «podrían hacer mucho más de lo que hacen» para abaratar los precios de sus productos.
El ministro, que reunió este jueves a los representantes de los industriales en su Ministerio, después de haber mantenido encuentros con los otros miembros de la cadena comercial para intentar reducir la inflación alimentaria, explicó que ha conseguido un compromiso para 5.000 productos, que suponen una cuarta parte de las referencias.
Se trata de que, como mínimo, los precios permanezcan congelados y, en el mejor de los casos, de que se reduzcan. Preguntado sobre la posibilidad de imponer un bloqueo administrativo de precios, su respuesta fue que, si se hace eso, «normalmente conduce a la escasez».
La inflación interanual en Francia ha subido en agosto al 4,8 %, cinco décimas más que en julio, y aunque en el caso de los alimentos se ha ralentizado, sigue estando muy por encima de esas cifras.
En concreto, el incremento de los alimentos entre agosto de 2022 y el mismo mes de 2023 ha sido del 11,1 %, frente al 12,7 % de julio. Esa ralentización se ha constatado tanto en los productos frescos (el incremento ha pasado del 10,6 % en julio al 9,1 % en agosto) como en el resto de los alimentos (del 13 % al 11,5 %).