El Banco Central Europeo (BCE) decidió este jueves subir sus tipos de interés por décima vez consecutiva, en un cuarto de punto porcentual, hasta el 4,5 %.
El objetivo que se persigue con esta medida es frenar la inflación de la zona del euro, pese a que la economía se estanca. Tras la reunión del Consejo de Gobierno, el BCE informó de que también incrementa en 25 puntos básicos la facilidad de crédito, a la que presta a los bancos a un día, hasta el 4,75 %, y la facilidad de depósito, a la que remunera el exceso de reservas a un día, hasta el 4 %.
Además, revisó dos décimas a la baja, hasta el 0,7 %, el crecimiento económico previsto para la eurozona en 2023, mientras elevó dos décimas su estimación de inflación media para este año, hasta el 5,6 %. El BCE ha rebajado «significativamente» sus proyecciones de crecimiento de la economía de la zona euro por el efecto que tiene el creciente endurecimiento de las condiciones de financiación sobre la demanda interna y el debilitamiento del comercio internacional, explicó el organismo en un comunicado.
Ahora esperan que la economía de la zona del euro crezca un 0,7 % en 2023, un 1 % en 2024 y un 1,5 % en 2025. Asimismo, el organismo mantiene para este año la previsión de inflación subyacente, la que no tiene en cuenta alimentos o energía, en el 5,1 % en 2023 y la rebaja ligeramente para los dos siguientes hasta el 2,9 % en 2024 y el 2,2 % en 2025.
Más inflación
El BCE indicó que la revisión al alza de las previsiones de inflación para 2023 y 2024 refleja «principalmente» una senda más elevada de los precios de la energía. Las presiones inflacionistas subyacentes continúan siendo «intensas», señaló el organismo, pese a que la mayoría de los indicadores han comenzado a moderarse. El organismo apuntó que las condiciones de financiación han vuelto a endurecerse y están frenando cada vez más la demanda, lo que considera que es un factor «importante» para que la inflación vuelva al objetivo.