Ecuador vivió este martes una jornada de terror con el ataque simultáneo de grupos armados que atemorizaron a la población y asaltaron centros comerciales, tomaron las calles e irrumpieron - mientras transmitía en vivo - en un canal de televisión de Guayaquil, la segunda ciudad del país, convertida en epicentro de los ataques de grupos del crimen organizado que las autoridades no dudaron en calificar de "terroristas".
Estas son las claves de lo vivido en las últimas horas en un país sumido hoy en una suerte de guerra interna y que en octubre pasado eligió como presidente a Daniel Noboa tras una campaña electoral en la que fueron asesinados varios candidatos a puestos de libre elección, entre ellos el aspirante presidencial Fernando Villavicencio. Conflicto armado interno
El mandatario ecuatoriano, Daniel Noboa, declaró la existencia de un "conflicto armado interno" en el país y ordenó a las Fuerzas Armadas ejecutar acciones militares, después de que un comando fuertemente armado ocupara durante varias horas el canal público de Guayaquil TC Televisión, se produjeran motines en seis cárceles y se registraran otros actos violentos en Quito y varias ciudades más.
Crisis carcelaria
Previamente, en la noche del lunes, Noboa había declarado estado de excepción y toque de queda durante sesenta días, tras la "desaparición" un día antes de Adolfo Macías, alias 'Fito', el peligroso líder de la banda criminal Los Choneros, y de que estallaron motines en seis centros penitenciarios del país. La fuga se dio cuando el Gobierno planeaba trasladar a Macías a una cárcel de máxima seguridad.
Objetivo militar
Todo grupo terrorista es un objetivo militar, advirtió en un mensaje difundido la noche de este martes el jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas de Ecuador, Jaime Vela, en alusión a los veintidós grupos del crimen organizado transnacional mencionados por el presidente Noboa en la declaración de conflicto armado interno.
La advertencia del alto mando militar de que el país "no retrocederá ante el terrorismo" fue realizada al término de un Consejo de Seguridad convocado de manera urgente por el mandatario, con la participación de los tres poderes del Estado y las Fuerzas Armadas y de Seguridad. Asalto en directo
Un comando formado por trece individuos fuertemente armados que portaban rifles de alto poder, granadas y explosivos, irrumpieron en el canal público de Guayaquil TC Televisión cuando estaba emitiendo en vivo un programa informativo. Los asaltantes amenazaron a los periodistas y les exigieron que pidieran al presidente Noboa que no mandara a la policía. Finalmente, agentes de élite entraron en las instalaciones, detuvieron a los delincuentes y liberaron a los rehenes. Ocho muertos en Guayaquil
La operación de rescate se saldó sin víctimas, pero eso no impidió que el pánico se desatara en las calles, centros educativos y comercios de la ciudad, donde ocho personas resultaron muertas y otras dos heridas cuando encapuchados dispararon a transeúntes y vehículos, y tomaron a la fuerza un tienda de abastecimientos.
La policía tuvo que intervenir ante las más de seiscientas situaciones de emergencias reales recibidas y acudió en ayuda del personal en varios hospitales que también fueron asaltados. Las calles y Guayaquil quedaron prácticamente desiertas. Sin declaración de Noboa
A pesar de la gravedad de los acontecimientos, que causaron la muerte de ocho personas e incluyeron ataques simultáneos en varias ciudades del país, el presidente de la República, Daniel Noboa -quien asumió el cargo en noviembre pasado- no ha aparecido en público desde que el lunes por la noche difundiera en redes sociales un vídeo con la declaración del estado de excepción y el toque de queda.
El mandatario, en cambio, encabezó una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad, en la que participaron representantes de los tres poderes del Estado y también altos mandos de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas. América acude en ayuda
Numerosos Gobiernos de América, organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Comunidad Andina, así como organizaciones no gubernamentales, como Human Rights Watch (HRW), condenaron la ola de violencia y algunos de ellos se ofrecieron incluso a apoyar a las autoridades de ese país con el envío de efectivos armados si fuese necesario.