La población finlandesa ha comenzado a votar en unas elecciones presidenciales en las que no participa el actual jefe de Estado, Sauli Niinisto, tras superar el límite de mandatos y que terminarán por marcar un cambio de rumbo en el país nórdico tras su ingreso en la OTAN en abril del año pasado. El presidente de Finlandia, encargado de dirigir las políticas de exteriores y de seguridad, también ejerce como comandante en jefe de las Fuerzas de Defensa de Finlandia. En el contexto de la guerra en el este de Europa, el nuevo jefe de Estado se enfrentará a un contexto anómalo para el país nórdico.
Con el inicio de la invasión rusa de Ucrania, Finlandia inició el camino hacia la adhesión a la Alianza Atlántica, abandonando así una histórica neutralidad a nivel internacional que había llevado a la nación a no decantarse ni por Rusia ni por el bloque de los aliados. Aunque Finlandia recibió desde casi el primer momento el visto bueno de la inmensa mayoría de miembros de la OTAN, Turquía y Hungría pusieron trabas a su ingreso en el bloque, si bien esta negativa tenía más que ver con Suecia, quien en un inicio fue su compañero de viaje aunque finalmente separaron sus caminos para que en abril Helsinki se convirtiera en el aliado número 31.
Entre los principales candidatos a la Presidencia destaca por encima del resto Alexander Stubb, candidato del gubernamental Partido Coalición Nacional y conocido por sus posiciones proeuropeas. Stubb ejerció brevemente como primer ministro entre junio de 2014 y mayo de 2015 y después ocupó el Ministerio de Finanzas también por poco más de un año. Anteriormente, fue diputado del Parlamento Europeo (2004-2009) y a continuación lideró la diplomacia finlandesa. Las encuestas sitúan a Stubb como uno de los principales favoritos para suceder a Niinisto, si bien es cierto no ha salido bien parado de los últimos debates y su popularidad se ha visto resentida.
Junto al ex primer ministro Stubb también se perfila como favorito Pekka Haavisto, miembro de Los Verdes, aunque se presenta como candidato independiente. Inició su andadura parlamentaria en 1987 hasta 1995, cuando abandonó la política nacional durante un largo periodo de doce años para regresar en 2007. El también exdiplomático de Naciones Unidas se presentó ya a las presidenciales en 2012 y 2018, quedando en ambas ocasiones en segundo lugar tras Niinisto. En caso de triunfar en los comicios del domingo se convertíría en el primer presidente finlandés abiertamente homosexual. Haavisto destaca por haber ejercido el cargo de ministro de Exteriores desde 2019 a 2023, periodo en el que llegó a enfrentarse a una moción de confianza por la polémica repatriación de familiares finlandeses de combatientes de Estado Islámico del campo de refugiados de Al Hol, en Siria.
Aunque Stubb y Haavisto se perfilaban en un inicio como los dos principales candidatos a suceder a Niinisto, el líder ultranacionalista Jussi Halla-aho ha sabido aprovechar la bajada de popularidad de sus rivales para situarse ahora como una alternativa más que factible. Considerado como una de las principales figuras del Partido de los Finlandeses, ejerce desde el pasado mes de junio la Presidencia del Parlamento. Halla-aho defiende posturas abiertamente contrarias a la Unión Europea y contra la inmigración. Unos comentarios racistas le valieron una multa del Tribunal Supremo finlandés en 2012. RESTO DE ASPIRANTES En principio, de acuerdo con las encuestas, el sucesor de Niinisto debería salir de esta terna de aspirantes, que destacan entre los nueve candidatos que se presentan a los comicios. Entre el resto de candidaturas se encuentra la del director del Instituto Finlandés de Asuntos Internacionales, Mika Aaltola, quien se presenta como independiente después de ganar notoriedad por sus análisis de la guerra de Ucrania. Aboga por un aumento del presupuesto en defensa y defiende que Finlandia almacene armas estadounidenses con fines estratégicos.
La líder de Alianza de Izquierda, Li Andersson, también podría dar la sorpresa gracias a la popularidad que se labró durante su andadura como ministra del gabinete de la ex primera ministra Sanna Marin. Los democristianos, por su parte, presentan a Sari Essayah, actual ministra de Agricultura y antigua candidata en 2012, cuando apenas logró un 2,5 por ciento de los votos. Por otro lado, la denostada socialdemocracia finlandesa presenta a Jutta Urpilainen como aspirante a la Jefatura de Estado. El Partido Socialdemócrata logró gobernar el país durante el mandato de Marin, si bien en las últimas elecciones locales de 2019 se vio superado por el Partido de Coalición Naciona, y en las últimas parlametarias quedó en tercer lugar por detrás incluso de la ultraderecha.
Los otros dos candidatos restantes son el gobernador del Banco de Finlandia y candidato independiente aunque con apoyo del Partido del Centro, Olli Rehn; y el empresario y fundador del Movimiento Ahora, Harry Harkimo, quien destaca por sus posturas liberales y centradas en el individuo por encima del Estado. Los colegios electorales abrirán el domingo a las 9.00 horas y cerrarán a 20.00, si bien se estima que el voto por correo pueda superar el 50 por ciento de los votos totales emitidos, como ya ocurrió en 2018. Aunque se puedan conocer resultados anticipados poco después del cierre de urnas, no está previsto un resultado oficial hasta el martes. Si alguno de los aspirantes logra reunir más de la mitad de los votos, podrá suceder a Niinisto a partir del 1 de febrero. Si, por el contrario, ningún candidato logra una mayoría absoluta, se celebrará una segunda ronda el 11 de febrero, y la toma de posesión pasaría a celebrarse principios de mayo.