Al menos un millar de tractores han llegado a Bruselas desde distintos puntos de Europa para tratar de bloquear la ciudad en donde este jueves se reúnen los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea en una cumbre informal, con el objetivo de reclamar más apoyos para el campo y denunciar los altos costes que dicen afrontar para cumplir con los nuevos objetivos climáticos y de sostenibilidad comprometidos por los 27.
Aunque la política agrícola no era parte de la agenda de los líderes --que se han dado cita para tratar de convencer al primer ministro húngaro, Viktor Roban, de que levante su veto a una ayuda común de 50.000 millones en cuatro años a Ucrania--, algunos de los mandatarios han adelantado que quieren que este asunto sea discutido también.
Según el primer recuento de la Policía de Bruselas al menos un millar de tractores se concentran a primera hora del jueves en las calles que rodean el barrio europeo, incluido en la plaza que da acceso a la entrada principal del Parlamento Europeo y las calles de las inmediaciones del Consejo a donde están llegando los jefes de Estado.
«Esta no es la Europa que queremos» o «Hartos de promesas, queremos actos», son algunos de los lemas que se pueden leer en distintos idiomas en las pancartas que exhiben los agricultores en la plaza de Luxemburgo, frente al Parlamento Europeo, en donde los manifestantes han quemado varios neumáticos. Las autoridades han reforzado el ya de por sí estricto dispositivo policial que se despliega cuando la ciudad acoge cumbres europeas.
A su llegada a la reunión de líderes, el primer ministro de Bélgica, el liberal Alexander de Croo, ha afirmado que considera «en parte legítimas» las quejas de los agricultores porque han hecho ya «muchos esfuerzos» para adaptarse a la transición ecológica y se debe garantizar que «reciben precios justos» por sus productos.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, en cuyo país los agricultores protagonizan ya desde hace días importantes protestas, también adelantó en víspera de la cumbre su intención de elevar la cuestión agrícola a la discusión de Veintisiete, con elementos añadidos como el impacto de los acuerdos comerciales con terceros.
Macron rechaza de plano el pacto de libre comercio que la UE y Mercosur tratan de cerrar y presiona para que cesen las conversaciones, lo que choca con los intereses de otros socios como España, para quien este acuerdo es una prioridad.
En un intento por calmar los ánimos de los agricultores y a pocos meses de las elecciones europeas de junio, la Comisión Europea ofreció el miércoles aplazar un año la obligación para los agricultores de reservar una parte de las tierras de cultivo a barbecho para recibir parte de los apoyos de la Política Agraria Común (PAC). Para poder acogerse a esta flexibilidad, no obstante, los productores deberán reservar una parte de sus tierras a otros cultivos beneficiosos para la salud del suelo.