La fiscalía de Irlanda del Norte no presentará cargos por perjurio contra 15 exsoldados británicos que ofrecieron supuestamente testimonios falsos durante la investigación oficial del Domingo Sangriento (1972). La acusación pública de la provincia británica señaló que las pruebas disponibles son «insuficientes» para ofrecer «una perspectiva razonable» de obtener una condena para los 15 exmilitares y un supuesto miembro del grupo terrorista republicano IRA -ya inactivo- también investigado por perjurio.
Las familias de las víctimas del Domingo Sangriento se declararon «decepcionadas y perplejas» por la decisión de la fiscalía, pero no descartaron la posibilidad de emprender «nuevas acciones legales». Catorce personas inocentes murieron por los disparos de efectivos del Ejército británico el 30 de enero de 1972 en Derry (noroeste de Irlanda del Norte) durante una manifestación por los derechos civiles en la que la actuación de los uniformados fue calificada de «injustificada e injustificable», según determinó en 2010 una investigación oficial dirigida por el juez Mark Saville.
El magistrado aseguró que los 15 exsoldados que testificaron durante esta pesquisa «presentaron deliberadamente relatos falsos para tratar de justificar sus disparos». Hasta la fecha, solo un exsoldado británico está a la espera de juicio en Irlanda del Norte por su presunta implicación en la muerte de dos civiles y el intento de asesinato de otros cinco en el Domingo Sangriento de Derry. La fiscalía presentó en septiembre de 2022 dos cargos contra el llamado 'Soldado F' por la muerte de James Wray y William McKinney, y cinco por el intento de asesinato de Patrick O'Donnell, Joseph Friel, Joe Mahon, Michael Quinn y otra persona no identificada.
Estos casos pusieron de manifiesto las dificultades que tienen las autoridades para investigar sucesos del pasado conflicto, dada la antigüedad de las pruebas o la disponibilidad de testigos, entre otros factores.
Pero también demuestran que el legado del pasado es una cuestión política controvertida, más aún cuando el Gobierno británico ha tramitado una ley que prevé conceder una amnistía a los militares que sirvieron en Irlanda del Norte durante el conflicto. El Ejecutivo irlandés y la mayoría de los partidos norirlandeses han criticado esta medida unilateral, de la que también podrían beneficiarse los grupos paramilitares protestantes-unionistas y nacionalistas-católicos. Las familias de las víctimas del Domingo Sangriento también la rechazan y siguen pidiendo justicia para los 14 inocentes asesinados en Derry ya que nadie ha sido aún condenado por este suceso, uno de los episodios más polémicos del conflicto.