El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha dado permiso este jueves al Gobierno de Ucrania para usar armas proporcionadas por Washington para atacar territorio ruso, tal y como venía reclamando Kiev, si bien ha especificado que debe ser en las zonas cercanas a la región de Járkov, donde las tropas rusas están realizando una ofensiva, según han confirmado funcionarios estadounidenses a numerosos medios de comunicación del país.
«(Biden) ha ordenado recientemente a su equipo que se asegure de que Ucrania puede utilizar armas estadounidenses con fines de contrafuego en Járkov para que Ucrania pueda devolver el golpe a las fuerzas rusas que les golpean o se preparan para atacarles», ha asegurado un empleado de la Administración Biden al diario 'Politico'.
Sin embargo, la misma fuente ha especificado que la política de la Casa Blanca de no permitir ataques de largo alcance dentro de Rusia «no ha cambiado» debido a que se consideraría como una escalada de las tensiones. Otros dos funcionarios estadounidenses han confirmado a la cadena de televisión CNN la información, justificando la decisión ante los avances rusos en la región, y que las autoridades ucranianas no han pedido permiso para atacar más allá de la zona designada, que no será ampliada.
Asimismo, otros tres empleados públicos han asegurado a la cadena CBS News que este permiso no incluye a los aviones rusos que se encuentren en territorio ruso y cuyo objetivo sea atacar Ucrania. Respecto a si las armas estadounidenses ya han sido usadas para este tipo de operaciones, un funcionario ha declinado dar una respuesta, pasando la decisión de hacer este anuncio al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
Hasta ahora, Washington ha mostrado su oposición pública a que Kiev haga uso de su armamento para realizar este tipo de acciones a pesar de la insistencia de las autoridades ucranianas, que llevan reclamando la autorización desde hace semanas. Cabe destacar que el pasado martes, la Unión Europea se mostró dividida respecto a la posibilidad de permitir a Ucrania usar armas occidentales para atacar a Rusia en su propio territorio, así como para extender la misión de entrenamiento europea a soldados ucranianos a la propia Ucrania. Por su parte, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha mostrado su apoyo a la petición ucraniana ante el riesgo de una guerra «asimétrica», y a la que se han opuesto países Alemania o Italia, mientras que Estonia, Lituania y Países Bajos sí han apoyado a Kiev en este sentido.