Sólo en lo que llevamos de semana, las autoridades ucranianas han informado de dos muertes de varones en edad militar que trataban de cruzar ilegalmente la frontera para evitar ser movilizados y enviados al frente. Estas tragedias son parte de un fenómeno más amplio. Según dijo el 20 de junio el ministro del Interior ucraniano, Igor Klimenko, entre 10 y 30 hombres tratan de huir a diario del país a través de ríos, bosques o montañas o presentando documentos falsos en la frontera.
Muchos de ellos pagan miles de euros a redes criminales que les ayudan a cruzar o a obtener exenciones falsas. Según Klimenko, la situación creada por la guerra ha hecho caer entre un 30 y un 40 por ciento la actividad de los contrabandistas. Muchos de ellos se dedican ahora a ayudar a cruzar ilegalmente a los hombres. Muertes por ahogamiento El cuerpo sin vida de un varón fue encontrado en el Dniéster después de que un lugareño informara a los guardias de su desaparición en las aguas del río mientras nadaba en dirección a Moldavia.
El hombre, que murió ahogado, tenía 43 años y podía, por tanto, ser llamado a filas para servir en el Ejército. El río Dniéster separa en dos de sus tramos el territorio de Ucrania del de Moldavia, un país pobre que hasta el comienzo de la invasión rusa apenas presentaba atractivos para los muchos ucranianos que ahora intentan entrar en sus fronteras para librarse de ir a la guerra. Otra de las opciones que muchos hombres ucranianos eligen para escapar de la ley marcial pasa por la frontera con Rumanía, la más extensa de las que separan a Ucrania de sus vecinos occidentales. En uno de esos segmentos, esa frontera está delimitada por el río Tisza.
Desde que Rusia invadiera Ucrania y Kiev declarara la ley marcial que prohíbe salir del país a los hombres movilizables, más de una treintena de ucranianos han muerto intentando cruzar ese río que también separa en otro de sus tramos a Ucrania de Hungría. También se han encontrado cadáveres en las zonas fronterizas montañosas, donde las bajas temperaturas de los meses de invierno auguran una muerte segura a quienes no consigan suficientemente rápido su objetivo. Dos abatidos en la frontera Este lunes, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) informó de que cuatro reclutas ucranianos que estaban recibiendo instrucción se escaparon de la unidad en la que se entrenaban para intentar cruzar a pie de manera ilegal la frontera con Moldavia.
Al ser descubierto junto al resto del grupo, uno de los desertores atacó a los guardias de fronteras para intentar huir. El guardia sacó su arma de fuego y mató al fugitivo. Las autoridades investigan ahora la conducta del guardia. No es la primera muerte por disparos en la frontera. El pasado 17 de mayo las autoridades ucranianas detuvieron a un guardia fronterizo por matar con su arma a un hombre de 39 años que había ignorado repetidas órdenes de entregarse mientras trataba de cruzar a Rumanía. Las motivaciones de los que huyen El miedo a ir al frente y la falta de vocación militar, junto al deseo de poder viajar fuera del país, la desesperanza por el curso del conflicto y el escepticismo respecto de la causa ucraniana en esta guerra son algunas de las razones invocadas por ucranianos que han huido del país contactados por EFE.
«Era como vivir en una prisión», dice un informático de 37 años que logró cruzar a pie a Rumanía por su cuenta hace unas semanas, en referencia a la prohibición indefinida de salir de viaje al extranjero, pero también a las limitaciones de vivir tratando de evitar a las patrullas de reclutamiento cada vez más presentes en las calles de Ucrania. Preguntado sobre sus obligaciones con su país en tiempo de guerra, el informático considera que ya las cumplía pagando impuestos.
«No estoy dispuesto a morir en una guerra que no considero mía», afirma este varón que no quiere dar su nombre y piensa que la agresión militar rusa pudo y debió haberse evitado por parte de Kiev adoptando una posición de neutralidad entre Rusia y Occidente. Para evitar posibles chivatazos a las autoridades, muchos ucranianos que planean escapar mantienen en el más absoluto secreto sus planes y sólo informan a sus familiares y allegados si logran cruzar la frontera. La mayoría de los ucranianos entienden la conducta de quienes buscan evitar ir al frente. Un 29 % de los ucranianos encuestados en un sondeo publicado esta semana consideran digno de vergüenza intentar escapar de las obligaciones propias con el Ejército. Un 46 % respondió que no es motivo de vergüenza.