La rectora de la Universidad de Columbia (Estados Unidos), Minouche Shafik, ha anunciado este jueves su dimisión meses después de las protestas propalestinas en el campus que le hicieron hacer frente a presiones por su manejo de la situación. Shafik, economista nacida en Egipto y ex funcionaria de alto rango del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el Banco de Inglaterra, ha mencionado los avances logrados durante su mandato, pero ha señalado que «ha sido un período de agitación en el que ha sido difícil superar las opiniones divergentes».
«Este período ha afectado considerablemente a mi familia, al igual que a otros miembros de nuestra comunidad. Durante el verano, he podido reflexionar y he decidido que mi marcha en este momento permitiría a Columbia superar mejor los desafíos que se avecinan», ha indicado a través de un comunicado. Tras ello, ha considerado que ha intentado «seguir un camino que defienda los principios académicos y trate a todos con justicia y compasión», si bien «ha sido angustiante» tanto para la comunidad, como para ella a nivel profesional y personal, al ver que ella, sus compañeros y sus estudiantes estaban «siendo objeto de amenazas y abusos».
«Aunque la tensión, la división y la politización han perturbado nuestro campus durante el último año, nuestra misión y nuestros valores fundamentales perduran y seguirán guiándonos para enfrentar los desafíos que tenemos por delante», ha agregado Shafik. La rectora interina a partir de ahora es Katrina Armstrong, doctora en Medicina, que ha dicho también a través de una carta a la comunidad universitaria que se siente «profundamente honrada» de comenzar su nuevo cargo a poco más de dos semanas de que comience el semestre.
«Los tiempos difíciles presentan tanto la oportunidad como la responsabilidad de que surja un liderazgo serio de cada grupo e individuo dentro de una comunidad. Este es un momento así en Columbia. Al asumir este puesto, soy muy consciente de las pruebas que la Universidad ha enfrentado durante el año pasado», ha expresado.
En este sentido, ha señalado que «la emoción y la promesa familiares de un nuevo año académico están influenciadas este año por la presencia de cambios y preocupaciones constantes, pero también por la inmensa oportunidad de mirar hacia adelante, de unirnos para la loable misión que estamos aquí para servir y de convertirnos en nuestra mejor versión individual e institucional».
Las críticas a Shafik llegaron tras su gestión de las protestas propalestinas en el campus ante la falta de acuerdo en las negociaciones para que los manifestantes abandonaran la zona. Varias personas irrumpieron en el edificio académico principal y se atrincheraron en el interior, por lo que pidió a la Policía de Nueva York que desalojara a los que ocupaban el edificio, lo que se saldó con 300 detenidos.
También solicitó a los agentes que permanecieran varias semanas en el campus para «mantener el orden y garantizar que no se restablezcan los campamentos». También tuvo que testificar ante el Comité de Educación de la Cámara sobre la gestión del antisemitismo por parte de la universidad, cuando condenó las declaraciones de varios profesores en apoyo al ataque del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) el 7 de octubre.