El alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores y de Seguridad, Josep Borrell, pidió este jueves que los países comunitarios levanten las restricciones impuestas a Ucrania para que pueda utilizar plenamente las armas que le donan para atacar en territorio ruso, como parte de su legítima defensa.
«Tenemos que dejar las restricciones en el uso del armamento (cedido a Ucrania) contra objetivos militares de Rusia, de acuerdo con el derecho internacional», declaró Borrell ante la prensa a su llegada a una reunión informal de ministros de Exteriores de la UE en Bruselas. El jefe de la diplomacia comunitaria recordó que, durante el verano, ha venido apoyando esa posibilidad.
«El armamento que estamos proporcionando a Ucrania tiene que tener pleno uso y las restricciones tienen que ser levantadas para que los ucranianos puedan apuntar a los lugares desde donde Rusia les está bombardeando; de lo contrario, el armamento es inútil», subrayó. En opinión de Borrell, Ucrania «ha sorprendido al mundo lanzando un ataque audaz contra Rusia» que supone «un golpe a la narrativa de Putin sobre esta guerra».
Pero afirmó que «está claro que Rusia quiere destruir completamente el sistema eléctrico de Ucrania» tras sus últimos ataques con drones y misiles, por lo que si los sistemas de defensa aérea «eran críticos antes del verano, son mucho más críticos hoy». Borrell dijo que la UE ha empezado a utilizar los beneficios extraordinarios de los activos rusos congelados por las sanciones para apoyar militarmente a Ucrania, y confirmó que ya han transferido al país 1.400 millones de euros. «Lo importante es que, por primera vez, estamos financiando directamente a la industria ucraniana» con esos fondos, enfatizó, teniendo en cuenta que hasta ahora el Fondo Europeo de Apoyo a la Paz (FEAP) se limitaba a reembolsar a los Estados miembros parte de los gastos por el envío de armas a Kiev.
Recordó que aún hay más de 6.000 millones de euros de ese fondo que no han podido ser desembolsados por el bloqueo de Hungría, y aseguró que buscará «alguna manera de eludir este veto de un Estado miembro, porque no es aceptable». «Hay una especie de cinismo en el bloqueo húngaro y el cinismo no tiene cabida en nuestra unión, que también tiene como valores la coherencia y la solidaridad», declaró sobre el asunto la titular belga, Hadja Lahbib.
Su homólogo sueco, Tobias Billström, recalcó la importancia de que la UE muestre una «línea muy clara de apoyo hacia Ucrania», a la que pidió respaldar «hasta que haya terminado la agresión de Rusia». El ministro lituano, Gabrielius Landsbergis, alertó de que las baterías Patriot prometidas por los aliados en la cumbre de la OTAN en Washington en julio aún no han llegado a Ucrania, como tampoco nuevos paquetes de munición desde junio, por lo que pidió a los Estados europeos «tomarse este asunto en serio».
La titular rumana, Luminita Odobescu, pidió por su parte un nuevo régimen de sanciones contra Rusia por sus ataques híbridos contra Ucrania, Moldavia y Estados miembros. La ministra finlandesa, Elina Valtonen, declaró que desde su país «no ponemos ni hemos puesto ninguna limitación a Ucrania para defenderse, obviamente, en línea con todo lo estipulado por el derecho internacional y la Carta de la ONU».