La Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV) rechaza el uso político de la Navidad, un día después de que el presidente Nicolás Maduro decretara, como ha hecho en años anteriores, un «adelanto» de esta temporada para el 1 de octubre, sin que el anuncio signifique ningún cambio real en las fechas legalmente festivas, sino únicamente en la decoración típica navideña en espacios públicos.
«La Navidad es una celebración de carácter universal. El modo y el tiempo de su celebración compete a la autoridad eclesiástica. Esta festividad no debe ser utilizada con fines propagandísticos ni políticos particulares», expresó la CEV en un comunicado difundido a través de Instagram. La institución recordó que entre las fechas a considerar para esta Navidad destacan el 1 de diciembre, cuando arrancará el 'Adviento' o preparación para la conmemoración del nacimiento de Jesús de Nazareth, y el inicio del «tiempo litúrgico», que comenzará el 25 de diciembre y terminará el 6 de enero de 2025.
El lunes, durante su programa semanal de televisión, Maduro anunció que adelantaría la festividad «en homenaje» y «en agradecimiento» a los venezolanos, luego de las presidenciales del 28 de julio, en las que fue proclamado ganador por las autoridades electorales, lo que ha sido cuestionado dentro y fuera del país. «Voy a decretar el adelanto de la Navidad para el 1 de octubre. Arranca la Navidad el 1 de octubre, para todos y todas, llegó la Navidad con paz, felicidad y seguridad», remarcó el mandatario. Luego de las elecciones, el país entró en una crisis política debido al cuestionamiento internacional a la reelección de Maduro, que ha sido denunciada como fraudulenta hecha por la principal coalición opositora, la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), que asegura que su candidato, Edmundo González Urrutia, ganó las presidenciales por amplio margen.
No es la única iniciativa llamativa en las últimas horas impulsada por Maduro. De este modo el denominado 'Congreso Mundial contra el Fascismo y Expresiones Similares' anunciado recientemente por el presidente de Venezuela se celebrará el 11 y 12 de septiembre en Caracas, informó este martes el Gobierno del país caribeño.
Autoridades venezolanas llevaron a cabo durante la jornada una reunión preparatoria en la que participó el canciller Yván Gil, quien explicó, en un mensaje que compartió en Telegram, que el encuentro «mundial» tiene el objetivo de «unir ideas y estrategias de movimientos sociales de la región frente al avance del fascismo», una lucha que la nación suramericana -aseguró- «vuelve a liderar». Según la cartera de Exteriores, el congreso antifascismo, que será una «caja de resonancia muy fuerte a nivel internacional» para «los movimientos de izquierda», busca también la construcción de una «doctrina nueva para esta etapa de lucha y avance del Gobierno bolivariano, que se pone siempre al frente».
Este próximo encuentro fue anunciado el 19 de agosto por el jefe de Estado, quien pidió invitar a personalidades «de todos los continentes», entre ellos pensadores, intelectuales, artistas, dirigentes sociales y líderes políticos, sin mencionar a nadie en concreto. El Gobierno prepara esta actividad cuando el país atraviesa una crisis política tras las presidenciales del 28 de julio, en las que Maduro fue reelegido para un tercer mandato consecutivo, según el Consejo Nacional Electoral (CNE), un resultado cuestionado por buena parte de la comunidad internacional y rechazado por la oposición mayoritaria, a la que el oficialismo señala como «fascista».