Unos 500 agentes de policía israelíes participaron este viernes por la mañana en una redada masiva contra el crimen organizado en la localidad de Ramla y sus alrededores (centro de Israel), después de que anoche una explosión atribuida a una disputa entre familias árabes se cobrase la vida de cuatro personas, tres de ellas niños. La Policía israelí informó del operativo, que se saldó con varios arrestos, la incautación de varias armas y la identificación de residentes ilegales.
El ministro de Seguridad Nacional, el extremista antiárabe Itamar Ben Gvir, participó en la redada y publicó un vídeo en su cuenta de la red social X en el que se le ve hablando y caminando con los agentes. «Después de décadas de hacer la vista gorda y de que las organizaciones criminales se apoderaran del sector árabe, ¡la Policía de Israel va a la guerra!», escribió el líder del partido ultranacionalista Sionismo Religioso en un mensaje.
Ben Gvir detalló que la operación estuvo dirigida contra la familia criminal de los Jarushi, uno de los clanes considerados de los más violentos y poderosos de Israel. Según la cadena pública Kan, las autoridades creen que la explosión de anoche, en la que un coche reventó y varias tiendas resultaron dañadas, está relacionada con una disputa entre la familia Jarushi y otro clan criminal, el de Abu Zaid. El problema del crimen organizado y la violencia entre árabes israelíes no ha hecho más que aumentar en los últimos años. La organización Iniciativas de Abraham, que promueve la convivencia entre árabes y judíos en Israel, registró 244 asesinatos en el sector árabe israelí en 2023, el año más violento en esta comunidad desde que hay registros.
En julio de este año ya se superó la cifra de muertes violentas con respecto al mismo período del año pasado, al alcanzarse el récord de 115 asesinatos durante los primeros 7 meses del año. Las autoridades israelíes no han logrado detener el derramamiento de sangre a pesar de prometer más recursos, incluidos más agentes y fondos para hacer frente a los problemas sociales dentro del sector árabe que sustentan la ola delictiva.
Muchos líderes comunitarios culpan a la Policía, que no ha logrado tomar medidas enérgicas contra las poderosas organizaciones criminales e ignora en gran medida la violencia, pero también señalan décadas de negligencia, abandono y discriminación por parte de las autoridades como la causa principal del problema.
En junio de 2023, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, formó un comité interministerial para luchar contra la violencia en el sector árabe, pero todavía no se han visto resultados tangibles, y muchos ven como un gran impedimento que el extremista Ben Gvir esté al frente del Ministerio de Seguridad Nacional, que controla la Policía. Más de la mitad de los árabes israelíes viven por debajo del umbral de pobreza y sus ciudades y pueblos a menudo tienen infraestructuras y servicios públicos deficientes, ya que ninguna localidad árabe logra una puntuación superior al 5 (del 1 al 10) en la clasificación económica que hace el Gobierno de los municipios del país.