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Energía

El petróleo se abarata frente a las expectativas de una mayor oferta global

El rumbo de los precios dependerá, en gran medida, de la capacidad de los productores de equilibrar sus estrategias frente a un entorno incierto

El ministro de Minas e Hidrocarburos de Guinea Ecuatorial, Antonio Oburu Ondo, en un coloquio de la Semana Africana de la Energía en Ciudad del Cabo | Foto: Reuters - Esa Alexander

| Madrid |

Los precios del petróleo cerraron el mes de septiembre en descenso, con el barril de West Texas Intermediate (WTI) retrocediendo hasta situarse en los 62,00 dólares (aproximadamente 57,41 €) y el Brent cotizando en torno a los 65,64 dólares (unos 60,76 €). Esta caída, que supera el 1 % en ambas referencias, plasma la creciente preocupación en los mercados energéticos ante lo que parece un inminente exceso de oferta petrolera para los próximos meses.

El sentimiento bajista se ha intensificado tras conocerse que la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+) está evaluando seriamente incrementar su producción entre 274.000 y 411.000 barriles diarios a partir de noviembre, cifras significativamente superiores a los ajustes implementados durante octubre. Arabia Saudí, principal productor del cártel, parece decidida a recuperar cuota de mercado y fortalecer su influencia en un entorno donde la competencia se ha recrudecido notablemente.

Otro elemento que presiona a la baja los precios ha sido la reanudación de las exportaciones kurdas hacia Turquía, un flujo de crudo que había permanecido interrumpido durante más de dos años y medio. La incorporación de estos barriles al mercado global ocurre precisamente cuando los indicadores de demanda muestran señales de debilitamiento en varias regiones estratégicas.

Los recientes ataques contra instalaciones petrolíferas rusas podrían alterar la disponibilidad de productos refinados en los mercados internacionales, aunque hasta el momento su impacto ha sido limitado. Simultáneamente, las perspectivas de un posible acuerdo de paz en la Franja de Gaza abren la puerta a una normalización del tráfico marítimo a través del Canal de Suez, lo que contribuiría a reducir la prima de riesgo geopolítico que actualmente está incorporada en las cotizaciones del crudo.

En el ámbito macroeconómico, la atención también se centra en la compleja situación política estadounidense, donde el riesgo de un cierre gubernamental añade incertidumbre sobre la evolución económica y, por extensión, sobre los niveles de consumo energético. Este factor se suma a la ralentización industrial que experimentan tanto Europa como varias economías asiáticas, circunstancia que limita considerablemente las expectativas de un repunte significativo en la demanda global de petróleo.

Impacto en los productores de petróleo de esquisto

Los analistas del sector destacan que la estrategia expansiva que parece estar adoptando la OPEP+ podría tener consecuencias relevantes para los productores estadounidenses especializados en petróleo de esquisto. Estas compañías operan con estructuras de costes más elevadas y podrían enfrentar problemas de rentabilidad si los precios internacionales se mantienen deprimidos durante un periodo prolongado, situación que obligaría a revisar sus planes de inversión y producción.

En este contexto de incertidumbre, el mercado espera con especial interés la publicación de los datos semanales de inventarios de crudo en Estados Unidos, estadísticas que resultarán determinantes para evaluar si la tendencia bajista se profundiza o si, por el contrario, podríamos asistir a un rebote técnico en los precios durante los próximos días.

La volatilidad como característica dominante

El mercado petrolero atraviesa actualmente una fase caracterizada por una notable volatilidad, resultado de la compleja interacción entre diversos factores: las estrategias de oferta de los grandes productores, los riesgos geopolíticos en zonas productoras estratégicas y las señales preocupantes respecto a la evolución de la demanda global. La decisión final de la OPEP+ sobre sus niveles de producción, junto con la normalización de exportaciones clave como las del Kurdistán iraquí, serán elementos decisivos para determinar la dirección que tomarán los precios en el corto plazo.

Los expertos señalan que el comportamiento del mercado durante el resto de 2025 dependerá en gran medida de la capacidad de los principales productores para calibrar adecuadamente sus estrategias frente a un entorno económico global cada vez más incierto. El equilibrio entre oferta y demanda se presenta especialmente frágil, lo que podría traducirse en episodios recurrentes de volatilidad en las cotizaciones.

La OPEP+ es una alianza formada por los miembros tradicionales de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y un grupo de productores no pertenecientes a la organización, entre los que destaca Rusia. Este conglomerado, que controla aproximadamente el 40% de la producción mundial de petróleo, se constituyó oficialmente en 2016 con el objetivo de coordinar políticas de producción que garantizaran la estabilidad del mercado y niveles de precios que consideraran adecuados.

Desde su creación, la OPEP+ ha demostrado tener una capacidad significativa para influir en las cotizaciones globales a través de sus decisiones sobre cuotas de producción. Sin embargo, en los últimos años, su influencia se ha visto parcialmente contrarrestada por el crecimiento de la producción en países no alineados, especialmente Estados Unidos, y por las tensiones internas respecto a las estrategias a seguir frente a los desafíos del mercado.

La tendencia bajista que experimenta actualmente el petróleo podría traducirse, si se mantiene en el tiempo, en un abaratamiento de los combustibles en las estaciones de servicio españolas. No obstante, es importante matizar que la traslación de las caídas en los mercados internacionales a los precios finales suele producirse con cierto retraso y no siempre en la misma proporción, debido a factores como la fiscalidad específica sobre los carburantes y las políticas comerciales de las compañías distribuidoras.

Además, la volatilidad actual del mercado aconseja prudencia a la hora de realizar previsiones sobre la evolución de los precios en el medio plazo. Los analistas del sector energético coinciden en señalar que, aunque la coyuntura actual apunta hacia precios contenidos en los próximos meses, la situación podría revertirse rápidamente ante cualquier tensión geopolítica significativa o cambio estratégico en las políticas de producción de los grandes exportadores. Por ello, recomiendan a consumidores y empresas mantener una visión cautelosa respecto a la evolución futura del mercado petrolero.

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