La misión consular española salió de la cárcel israelí de Saharonim, en el desierto del Neguev, pasadas las 18.00 hora local (15.00 GMT) tras casi doce horas dentro para atender al alrededor de medio centenar de españoles de la Flotilla Sumud que esperan ser deportados del país.
Los miembros del cuerpo diplomático, con el cónsul en Tel Aviv, Fernando López de Castro, al frente, salieron de la cárcel poco antes de empezar el Shabbat (día de descanso judío), como parte de las últimas delegaciones consulares en hacerlo, después de llegar a la prisión sobre las 9.00 horas.
Según explicaron a EFE sus miembros, los españoles a los que pudieron atender a lo largo del día «se encuentran bien», y las autoridades israelíes les han asegurado que el resto también.
Los diplomáticos no han podido atender a todos los españoles arrestados y tendrán que volver a la prisión para entrevistarse con el resto de detenidos.
Se desconoce cuántos de los españoles (su número no es aún claro, aunque rondaría el medio centenar) han accedido a ser deportados de Israel inmediatamente, y cuáles lo han rechazado.
Las personas que accedieron a ser deportadas, indicó una fuente diplomática europea que visitó a sus nacionales en la cárcel, embarcarían en aviones para viajar fuera de Israel lo antes posible, seguramente en los próximos dos días.
Los que no accedieron deberán comparecer ante un juez, que decidirá sobre su deportación forzosa, lo que llevaría más días, dijo la fuente.
Los diplomáticos consultados por EFE coincidieron en afirmar que los nacionales de su país están bien, pero que algunos están pasándolo mal por el extremo calor que hace en el desierto del Neguev y porque llevan dos días durmiendo mal o prácticamente sin dormir.
En el aparcamiento de la cárcel este viernes se han podido ver vehículos diplomáticos de numerosos países, que han ido saliendo de la prisión a medida que acababan sus trámites.
Desde la noche del miércoles y durante doce horas, la Armada israelí abordó uno a uno los más de 40 barcos que componían la Flotilla.
Los detenidos y los barcos fueron llevados al puerto israelí de Ashdod, donde fueron fichados por la policía antes de ser conducidos ante las autoridades fronterizas para los trámites de migración.
Durante toda la noche, se fue produciendo este procedimiento y la mayoría de los arrestados —excepto cuatro parlamentarios italianos y europarlamentarios, que fueron deportados inmediatamente— fueron trasladados en un goteo de autobuses desde dicho puerto hasta la prisión de Saharonim.
Ben Gvir llama «terroristas» a los activistas de la flotilla durante una visita a los detenidos
El ministro de Seguridad Nacional de Israel, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, ha tildado de «terroristas» a los activistas de la Global Sumud Flotilla, en el marco de una visita a los detenidos en el puerto israelí de Asdod.
«Estos son los terroristas de la flotilla. Son terroristas», ha afirmado Ben Gvir durante su visita, según un vídeo que circula en redes sociales y en el que el ministro israelí dice que los activistas «apoyan a asesinos» y que su objetivo no era ayudar a la población palestina, sino «a los terroristas de Gaza».
«Son terroristas, apoyan el terrorismo», ha insistido, en medio de gritos de 'Palestina libre' por parte de algunos de los detenidos, que están a la espera de ser deportados. Asimismo, ha dicho que la situación dentro de uno de los barcos «era un caos» y ha dicho que no había ayuda humanitaria en el interior de la embarcación, a pesar de los vídeos publicados por los activistas durante su viaje mostrando la carga.
Así, ha subrayado que «todo era una gran fiesta». «No veo nada aquí. No hay ayuda y no hay misión humanitaria», ha agregado Ben Gvir, quien está a cargo de la Policía de Israel como parte de sus funciones como ministro de Seguridad Nacional en el seno del Ejecutivo, liderado por Benjamin Netanyahu e integrado por ultraderechistas y ultraortodoxos.
Hamás ha denunciado la aparición de Ben Gvir en la cárcel como un ejercicio de «arrogancia» que demuestra la «decadencia moral y política» a la que han llegado los líderes de la ocupación, en un intento desesperado de parecer victoriosos sobre activistas de solidaridad indefensos, en un momento en que su entidad fascista está cada vez más aislada a nivel mundial.
El movimiento islamista condena que los ataques verbales de Ben Gvir merecen una condena global e internacional y que las operaciones contra la flotilla no son más que otro ejemplo del «comportamiento fascista» del Ejército israelí.
Si fuera Israel lo tendría clarísimo: todo el cuerpo diplomático español a la p..ta calle!