Las motocicletas son vehículos que poco a poco han ido cobrando protagonismo en los entornos urbanos, sobre todo en su versión scooter, por su facilidad de manejo y de aparcamiento además de sus precios económicos dependiendo de la gama de vehículo que se escoja.
Sin embargo, entre la lista de desventajas que presentan está también la facilidad de robo: al ser mucho más ligeras que un coche son más susceptibles de ser cargadas en vehículos, por ejemplo, comerciales para su sustracción. Los scooter y ligeros ciclomotores son las víctimas más habituales de estos robos, ya que su peso es menor.
Para evitar pasar por el mal trago de dejar la moto aparcada toda la noche y no encontrarla al día siguiente, hay varios consejos que se pueden seguir y varios dispositivos que se pueden utilizar para dificultar la labor de los amigos de lo ajeno.
Desde páginas especializadas en vehículos y seguros antirrobo como Mapfre o Kelisto.com advierten que lo mejor es siempre dejar la moto aparcada en un garaje privado, aunque no todos los conductores disponen de esta opción y, precisamente, no necesitar un aparcamiento para este tipo de vehículos es una de sus grandes ventajas.
Así que, en el caso de estar en el grupo de los que no disponen de un parking, la mejor solución es equipar la moto con ciertas medidas de seguridad, entre ellas:
Además de estos mecanismos, hay una serie de actitudes que te convertirán en un conductor previsor e igual te salven de una situación desagradable. Por ejemplo, trata de aparcar la moto en calles con buena iluminación y llévate la documentación a casa para tener pruebas en caso de sustracción.