Unos 25.000 seguidores del ex primer ministro tailandés Thaksin Shinawatra, conocidos como los "camisas rojas", marcharon ayer por las calles de Bangkok para exigir de forma pacífica la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones anticipadas.
Unas pocas horas después de que concluyera la marcha de los "camisas rojas", un artefacto de escasa potencia explosionó en el complejo de la Comisión Nacional Anticorrupción en el que al menos un soldado resultó herido.
La explosión del artefacto, que, según los primeros indicios se trató de una granada, causó un boquete en una pared del edificio del organismo, situado en el extrarradio de la urbe.
En coches, camionetas y motocicletas los manifestantes del Frente Unido para la Democracia y contra la Dictadura, la plataforma política de los partidarios de Shinawatra, recorrieron cerca de 70 kilómetros de calles de la capital sin que se produjeran incidentes, aunque eso si, empeoraron el tráfico, cuyo caos es legendario.
Con las banderas rojas y enseñas tailandesas como estandartes, corearon a su paso consignas contra el jefe del actual Ejecutivo, Abhisit Vejjajiva, líder del Partido Demócrata.
"Viajamos para llegar al corazón de los habitantes de Bangkok y pedirles que se unan a nosotros, pobres campesinos, para expulsar al Gobierno apoyado por la elite", afirmó Veera Misikhapong, uno de los líderes del Frente, organizador de las protestas.
Misikhapong instó a los tailandeses a unirse al desfile de "camisas rojas" para rescatar a la "democracia" que, según apuntó, ha sido secuestrada por la clase adinerada y la aristocracia vinculada con la Monarquía y el Ejército.
La procesión motorizada arrancó y tocó meta cerca del antiguo Palacio Real, donde los seguidores de Shinawatra están acampados desde que hace una semana reanudaron las protestas.