La Comisión Europea ha acelerado los contactos con el Parlamento Europeo y el Consejo para lograr cerrar en los próximos días el paquete de reformas destinado a poner en marcha un nuevo sistema de supervisión financiera que evite los excesos que originaron la crisis en 2008. "Un acuerdo en los próximos días, con un voto en sesión plenaria el próximo siete de julio, es muy difícil pero posible", dijo ayer el comisario europeo de Mercado Interior y Servicios, Michel Barnier, tras reunirse con las otras partes en el Parlamento Europeo.
"Guardo la esperanza de lograr un acuerdo en los próximos días", insistió el comisario, quien destacó la voluntad de Bélgica, que sustituye a España en el papel de presidencia de turno de la UE.
"La reunión de esta mañana, con la nueva presidencia belga, que acaba de ocupar sus funciones, y los ponentes, ha sido muy útil. Quedan algunos puntos de discusión, especialmente sobre el papel preciso de las nuevas autoridades de supervisión. Nos tomamos nuestro tiempo para discutirlos, para que el acuerdo final sea creíble", añadió. La negociación sobre las autoridades europeas de supervisión de los bancos, las aseguradoras y los mercados está atascada debido a las divergencias sobre la amplitud de poderes que deben tener estas instituciones. En diciembre, los Veintisiete llegaron a un acuerdo que descafeinaba la propuesta de la Comisión y ahora los eurodiputados desean restaurar parte de los poderes cercenados a las autoridades a su paso por el Consejo.
La CE presentó el pasado martes su última propuesta de compromiso a las partes, que tienen previsto volver a reunirse el próximo lunes para ver si logran un acuerdo de cara a la sesión plenaria del siete de julio. La cuestión es que, si no se alcanza un acuerdo y pese a todo los eurodiputados no retiran el voto de la agenda, podría ser necesaria una votación posterior en segunda lectura que retrasaría todo el proceso. Barnier negó las críticas sobre la lentitud del proceso legislativo de Europa respecto a Estados Unidos, que logró un acuerdo histórico sobre la reforma del sistema financiero estadounidense un día antes de la reunión de líderes del G20 en Toronto.
"No estamos retrasados. El tiempo que nos estamos tomando es el de la democracia. También al otro lado del Atlántico, el Congreso se ha tomado su tiempo, aunque son procedimientos diferentes", dijo el comisario, quien sin embargo reconoció que "el tiempo apremia" y Europa debe mandar la señal de que "avanza en paralelo a Estados Unidos". Barnier recordó que la aprobación del paquete de supervisión financiera es importante porque influirá en otras reformas previstas como la regulación de las agencias de calificación de riesgos.