El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, confirmó ayer en un discurso ante veteranos del Ejército que el 31 de agosto se producirá el fin de las misiones de combate en Iraq y, con él, el inicio de una transición marcada por los esfuerzos diplomáticos.Washington planea reducir el número de efectivos en Irak a 50.000 a finales de mes, según reiteró el mandatario norteamericano durante la convención de Veteranos Americanos Discapacitados, que se celebra en Atlanta (Georgia).
"Como candidato a presidente prometí dar a la guerra de Irak un final responsable", señaló Obama. "Poco después de asumir el cargo anuncié nuestra nueva estrategia para Irak y para la transición hacia la responsabilidad iraquí completa. Y dejé claro que para el 31 de agosto de 2010 se terminaría la misión de combate de Estados Unidos en Iraq. Y eso es exactamente lo que estamos haciendo, como prometimos, dentro de plazo", avanzó en su discurso.
Sin embargo, reconoció como "dura verdad" que aún no ha llegado "el fin del sacrificio estadounidense en Iraq". En un contexto en el que el compromiso en el país árabe "está cambiando", avanzó el paso "de un esfuerzo militar liderado por las tropas a un esfuerzo civil encabezado por diplomáticos".
En Irak han servido más de un millón de militares estadounidenses, una cifra superior a la de cualquier conflicto ocurrido desde la guerra de Vietnam, según Obama. Por este motivo, y aunque entiende que hay personas opuestas al conflicto iniciado en 2003 con la invasión extranjera de Irak, subrayó durante su discurso el apoyo que se le brinda en Estados Unidos a los veteranos de la guerra iraquí.
Con el fin de este polémico conflicto cada vez más cerca, el inquilino de la Casa Blanca destacó que la violencia en Irak se encuentra "cerca de sus niveles más bajos de los últimos años". Los datos, sin embargo, situaron a julio, con 396 civiles muertos, como el mes más mortífero para la población local desde mayo de 2008.
Por otra parte, Obama también dedicó unas breves palabras a la guerra de Afganistán, donde la situación sobre el terreno se ha complicado en los últimos meses debido al auge de la insurgencia talibán y de la cifra de víctimas en atentados y operativos de milicianos.
"Nos enfrentamos a enormes desafíos en Afganistán", admitió el dirigente, si bien, en su opinión, se están logrando "progresos". "Estamos centrados en objetivos que son claros y alcanzables", apostilló.
EXTREMISMO EN PAKISTÁN
El presidente de Estados Unidos se refirió también a la situación del terrorismo en Pakistán, cuya frontera con Afganistán se ha convertido en un feudo talibán, para aplaudir que el Gobierno paquistaní haya comenzado a "asumir la lucha" contra el extremismo en las zonas conflictivas.
Estos esfuerzos han permitido "grandes golpes contra Al Qaeda y su dirección", indicó, días después de que en documentos secretos filtrados a la prensa se informase de una supuesta desconfianza norteamericana en el papel de Pakistán en Afganistán.