Rusia, uno de los mayores productores mundiales de grano, anunció ayer la suspensión hasta finales de año de las exportaciones de cereales debido a la grave sequía que afecta a este país y que ha destruido ya un 20 por ciento de los cultivos.
"Considero conveniente imponer una prohibición provisional a la exportación de cereales y otros productos agrícolas", dijo el primer ministro, Vladímir Putin, durante una reunión del Ejecutivo.
Putin justificó la medida provisional por "las inusualmente altas temperaturas y la sequía" que afectan a más de una veintena de regiones, tanto en la parte europea del país como en Siberia, donde no llueve desde principios de junio.
La medida, que era esperada con inquietud desde hace días por los mercados internacionales, afecta al trigo, centeno, cebada, maíz y a la harina de trigo y de centeno, pero no al arroz.
La suspensión, que dejará sin suministro desde Rusia a países como Egipto, Israel, Irán, Turquía, Líbano o Siria, entrará en vigor el 15 de agosto y expirará el 31 de diciembre.
"Cómo actuaremos después de diciembre lo decidiremos según los resultados de la campaña de cosecha", señaló Putin, cuyo país exportó al año pasado 21,4 millones de toneladas de grano.
Purin dijo que la medida busca impedir un aumento de los precios en el mercado interno y, al mismo tiempo, mantener en su actual nivel el número de cabezas de ganado.