El chef catalán Santi Santamaria, de 53 años, dueño del prestigioso Can Fabes, con tres estrellas de la Guía Michelin, murió ayer, al parecer de un ataque al corazón, tras desmayarse en un restaurante de su propiedad en Singapur.
Santamaria falleció tras sufrir un desmayo en el restaurante que lleva su mismo nombre -Santi- y que dirige su hija Regina en la zona de Marina Bay de aquella nación asiática.
El periodista Cristino Álvarez, que estaba con Santamaria cuando el cocinero tuvo el ataque, explicó que este le dijo que le estaba "dando un bajón" y "se desplomó".
Álvarez, crítico gastronómico de la Agencia Efe, formaba parte de un grupo de 350 periodistas internacionales que visitaban en Singapur los restaurantes de siete chefs de reconocida fama mundial y que estaban precisamente ayer en el de Santamaria.
El periodista indicó en conversación telefónica que varias personas han tratado sin éxito de reanimar al cocinero, que yacía inconsciente en el suelo del restaurante.
La asistencia médica tardó unos veinte minutos en llegar, según el calculo de Cristino Álvarez. Santamaria todavía respiraba cuando fue trasladado en una ambulancia al Hospital General de Singapur, pero falleció poco después.
En Can Fabes, el restaurante que Santamaria abrió en 1981 en su localidad natal de Sant Celoni, cerca de Barcelona, el jefe de cocina y mano derecha del chef, Xavier Pellicer, expresó su pesar por el fallecimiento y se ha conjurado en tratar de "seguir adelante" y de que "no se acabe" su legado.
Can Fabes, inicialmente llamado El Racó de Can Fabes, pertenece al selecto grupo de hoteles y restaurantes de lujo Relais & Châteaux, en calidad de Relais Gourmand. El chef catalán abrió posteriormente otros establecimientos como el Sant Celoni de Madrid, que ostenta dos estrellas Michelin; La Manzana, también en Madrid, el restaurante Evo (L'Hospitalet, Barcelona) con una estrella; Bouquet, también en L'Hospitalet, y el Tierra de Toledo, con otra estrella.