Más de 3.000 docentes, padres y alumnos castellanomanchegos ocuparon ayer por la mañana las calles de Toledo formando una marea de camisetas verdes, símbolo de las movilizaciones, en protesta por los "recortes" del Gobierno de María Dolores de Cospedal y en defensa de la enseñanza pública de calidad.
Una pancarta bajo el lema "En defensa de la educación pública. No a los recortes" encabezó la que ha sido la quinta movilización de la comunidad educativa castellanomanchega desde que el Ejecutivo regional presentó su plan de ajuste presupuestario el pasado 31 de agosto, que contempla el aumento de dos horas lectivas y la supresión, según los sindicatos, de 800 profesores este curso.
Los manifestantes, convocados por el sindicato STE, jalearon consignas contra la política de "recortes" de Cospedal, para la que pidieron su dimisión, "por la educación", y le instaron a mantener "más plantilla y menos mantilla".
Entre la marea verde también fueron numerosos los carteles en los que aparecía caricaturizada la presidenta regional en el papel principal de la película de Tim Burton "Eduardo Manostijeras".
Los manifestantes, bajo un estruendo continuo de pitidos, tampoco se olvidaron del consejero de Educación de la comunidad, Marcial Marín, para quien también pidieron su dimisión y le preguntaron: "consejero, ¿por qué nos recortas el empleo?"
Otro numeroso grupo de profesores, vestidos de negro y con máscaras blancas, apostó por representar la muerte de la educación pública, cuyo ataúd llevaron en procesión durante todo el recorrido acompañado por una corona de flores.
La manifestación recorrió las calles de Toledo desde la plaza de Toros hasta la plaza del Ayuntamiento, donde representantes del sindicato STE leyeron un manifiesto y un profesor de Secundaria, un interino y un alumno protagonizaron distintas alocuciones en favor de la educación pública.
En el manifiesto, los representantes sindicales avisaron de que las consecuencias del plan de ajuste "no son un conflicto laboral sin más", sino que supondrán "el desmantelamiento de la enseñanza pública".
Advirtieron de que la reducción de personal supone el incremento del número de alumnos por profesor, la necesidad de impartir asignaturas muy diferentes de la especialidad del profesorado y menos tiempo para "preparar clases o actividades extraescolares".