Grecia vivió ayer una de las protestas más multitudinarias de las últimas décadas, en la primera jornada de una huelga general de 48 horas contra las políticas de austeridad del Gobierno y en la que se registraron violentos disturbios en Atenas y en otras ciudades.
Los enfrentamientos en Atenas entre radicales y policías se saldaron con 21 heridos leves, 15 de ellos agentes, que fueron atendidos por los servicios de emergencia. La policía detuvo a 25 personas.
En la manifestación en la capital, una de las mayores marchas en años, participaron unas 120.000 personas según los sindicatos, mientras que la policía rebaja la cifra hasta los 70.000 asistentes.
Las protestas contra las draconianas medidas de austeridad del Gobierno seguirán hoy, cuando el Parlamento decidirá sobre el proyecto de ley sobre las mismas y que hoy ya obtuvo el apoyo de la mayoría en la Cámara durante una votación preliminar.
Carteles en los que se podía leer: "Que se vaya el FMI", "No he robado y no pago" "Abajo con la barbarie económica" se desarrollaron las manifestaciones masivas por toda la geografía griega, especialmente en las mayores ciudades, como Salónica, Volos y Patras.
Tras una manifestación pacífica en Atenas que concluyó ante el Parlamento, grupos de manifestantes radicales se enfrentaron a la policía, que había desplegado un cordón de seguridad en torno a la cámara baja.
Los policías emplearon gases lacrimógenos y cargas para dispersar a los grupos violentos, que lanzaron piedras y bombas incendiarias, así como losas y adoquines a los agentes desplegados ante las escalinatas del Parlamento griego.
Decenas de manifestantes prendieron fuego a contenedores y a una de las garitas policiales situadas a la entrada del Parlamento, donde se debate la última tanda de medidas de austeridad, sin que se ocasionaran heridos.
Los grupos violentos rompieron escaparates de comercios, paradas de autobuses, todo tipo de mobiliario urbano y las fachadas de los hoteles de lujo situados en la plaza Sintagma.