España, Italia y la Comisión Europea defendieron ayer, con el apoyo de Francia, que la UE avale parte de las emisiones de deuda de la banca con el objetivo de que las entidades domiciliadas en países sometidos a la presión de los mercados puedan refinanciarse en el mercado a medio y largo plazo con más facilidad.
Pero Alemania, Países Bajos, Austria, Reino Unido, Suecia o Luxemburgo se han opuesto a esta mutualización limitada de las garantías bancarias por entender que supondrían un riesgo excesivo y han defendido que cada país sea responsable de las pérdidas incurridas por sus respectivos bancos, según han informado fuentes diplomáticas.
"Para la Comisión, un enfoque europeo coordinado para estas garantías y un grado de mutualización de los avales ofrecidos son esenciales para romper el círculo vicioso entre bancos frágiles y países en dificultades y hacer que el enfoque sea creíble en su conjunto", ha dicho el comisario de Servicios Financieros, Michel Barnier, al término de la reunión de ministros de Economía de la UE.
La opción defendida por Bruselas, España e Italia consiste en crear un fondo de la UE prefinanciado por los Estados miembros que asumiría el primer tramo de pérdidas de cualquier garantía. Las pérdidas adicionales las tendría que aguantar el país donde el banco esté domiciliado.
En el debate, Alemania ha pedido en contraste que sea cada país el que avale a sus propias entidades como ya ocurrió tras el agravamiento de la crisis financiera en 2008. Bruselas cree que esta opción tiene el inconveniente de que "la garantía de muchos Estados miembros puede no ser de suficiente calidad para garantizar el acceso de su banca a financiación".
"Hemos explorado distintas opciones: desde la que supone únicamente prolongar el sistema de garantías vigente hasta este momento con pocas modificaciones, hasta un sistema de mutualización de las garantías, al que algunos países han puesto reparos y por tanto lo más posible es que termine adoptándose alguna solución intermedia", ha dicho la vicepresidenta económica, Elena Salgado. De hecho, las fuertes diferencias entre los Estados miembros, la presidencia polaca ha apostado por una opción intermedia, según la cual el precio y las condiciones a la banca para acceder a los avales serían los mismos en toda la UE, pero los Estados miembros serían plenamente responsables de las pérdidas de sus respectivos bancos.