El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, subrayó ayer la necesidad de "refundar" Europa y de restaurar su credibilidad y confianza a base de disciplina y anunció que el lunes se reunirá con la canciller alemana, Angela Merkel, para presentar propuestas que garanticen "el futuro" del continente.
En un discurso en la localidad de Tolón (sureste de Francia), la misma en la que en septiembre de 2008 arremetió contra las derivas del capitalismo, Sarkozy destacó que hará "todo lo posible para que Francia y Alemania converjan y sean el polo de unidad" desde el que reforzar Europa.
Esa convergencia franco-alemana pasa, según Sarkozy, por la reforma del "imperfecto" tratado de Maastricht y del de Schengen, aunque el mandatario galo no ve necesario modificar el rol del Banco Central Europeo (BCE), que "tiene un papel determinante, es independiente y se va a mantener".
"Si Alemania y Francia se unen, toda Europa se une y fortalece", dijo el presidente ante un auditorio de 5.000 personas, para recalcar que la convergencia "conlleva la paz" y no significa que un país vaya por detrás de otro.
Europa "no es una opción, sino una necesidad", añadió en su intervención, en la que apuntó que se necesita "más solidaridad", y que "más solidaridad exige más disciplina, porque esta no debe fomentar la laxitud". Su discurso, que acabó con el himno de Francia, sirvió también para que Sarkozy dijera que el continente se va a refundar "sacando de manera práctica las lecciones de la crisis" y teniendo en cuenta que "defender el euro es defender Europa".
En su intervención, considerada crucial en plena crisis del área del euro, indicó que debe quedar "absolutamente claro que todos los países de la zona euro sean solidarios unos con otros".
Señaló que, "si se quiere más solidaridad, hace falta una mayor disciplina presupuestaria", en clara alusión a la aplicación de la llamada "regla de oro", que vela por el equilibrio presupuestario, y abogó por que se aplique en Francia antes de las presidenciales de 2012.